Gagliardi acompañó a Silvio Berlusconi a Panamá, a finales de junio de 2010, cuando el ex primer ministro vino en visita oficial, también acompañado de Valter Lavítola, quien cumple varias condenas por corrupción y extorsión en Italia.
La fiscalía de Nápoles abrió diligencias en marzo del año pasado, después de que esta rubia de 32 años intentara burlar los controles del aeropuerto romano de Fiumicino, con 24 kilos de cocaína pura, escondidos en una mochila y en su maleta.
El tres veces primer ministro Silvio Berlusconi catapultó hasta el firmamento político a Gagliardi, cuando la joven formó parte de la delegación oficial italiana que participó en las reuniones de alto nivel del G-8 en Toronto (Canadá) en junio de 2010, luego de la cual viajó a Panamá en visita oficial, tras una escala de dos días en Brasil.
En aquella ocasión, Gagliardi fue atendida con honores en el Palacio de las Garzas, cautivando las miradas con su elegante blanco y departiendo con miembros del Gabinete del entonces presidente Ricardo Martinelli.
Asimismo, viajó en el tren con las autoridades para participar en una visita de inspección de los trabajos de ampliación del Canal de Panamá, en el Atlántico.
Ahora, el fiscal jefe de Nápoles, Francesco Greco, y el responsable de la Unidad Antimafia, Pierpaolo Filippelli, escudriñan al detalle los viajes en el avión oficial del Estado italiano a Panamá y a Brasil, entre otros países, en los que estuvo Gagliardi, porque las investigaciones han revelado que no era la primera vez que había transportado droga desde Sudamérica.
Para ello, les asiste el fiscal jefe Vincenzo Piscitelli, que ha dirigido las investigaciones sobre corrupción internacional Italia–Panamá.
Entre los arrestados de la operación antidroga figuran un alto cargo policial que trabajaba en la oficina de aduanas del aeropuerto de Fiumicino, varios empleados de la limpieza y agentes corruptos de la Guardia de Finanzas, entre otros.
Se han incautado 93 kilos de cocaína y 930 kilos de otra droga conocida como hachís, que podrían haberse comercializado por unos 40 millones de dólares.
Según los investigadores, la banda desarticulada mantenía contacto directo con carteles de la droga en Sudamérica, y seguía un básico modus operandi para colarla.
Una vez que la maleta con la cocaína había superado sin problemas la barrera de los controles aduaneros, se escondía en los baños del aeropuerto, donde después era retirada por otro cómplice.
| FUENTE: Victoria Isabel Cardiel C. - http://www.prensa.com |
