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jueves, 26 de febrero de 2015

(Panamá) “A mí me trajo el cheque Ferrufino” (+Documentos)

“No sé quién la pagó. A mí me trajo el cheque [Guillermo] Ferrufino”. Así de contundente es la revelación de Carlos Crespo Marín, expropietario de la finca 262419, cuya extensión es 24 hectáreas y que hace dos años le compró Milena Edith Vallarino de Ferrufino, esposa del exministro de Desarrollo Social (Mides) Guillermo Ferrufino.

Crespo Marín, un terrateniente en los sectores de Jobo y Santa Cruz, en el distrito de La Chorrera, confesó que el precio real por la venta de los terrenos fue de $432 mil; es decir, $18 mil por hectárea.

“Yo no llego a [Guillermo] Ferrufino. Jamás en la vida he hablado con él. Ferrufino llegó ante mí”.
Carlos Crespo Marín Propietario de tierras en La Chorrera

Sin embargo, Ferrufino, hoy investigado por enriquecimiento injustificado, no pagó las tierras, sino una empresa a la que él benefició con contratos directos en su administración.

Este hombre de edad avanzada y vestimenta sencilla, en medio del mugir de sus vacas, aseguró: “yo no llego a Ferrufino. Jamás en la vida he hablado con él. Ferrufino llegó ante mí”.

Sin embargo, Ferrufino, hoy investigado por enriquecimiento injustificado, no pagó las tierras, sino una empresa a la que él benefició con contratos directos en su administración.

Este hombre de edad avanzada y vestimenta sencilla, en medio del mugir de sus vacas, aseguró: “yo no llego a Ferrufino. Jamás en la vida he hablado con él. Ferrufino llegó ante mí”.

“Hice una declaración en la Contraloría. No tengo nada que ocultar. Voy a decir todas las cosas como son. Fui yo quien le dio los cheques a la Contraloría, no fue que ellos los consiguieron. Se los di. Ya hice la declaración y le dije todo lo que era”, destacó el ganadero y agricultor, quien señaló que personal de la institución fiscalizadora de las finanzas públicas ya lo visitó.

Crespo Marín admitió que, debido a problemas familiares, decidió vender parte de sus propiedades y ponerla a nombre de su hija Amarelys del Carmen, quien aparece como dueña de la finca antes de venderla a la familia Ferrufino.

“Son mías las fincas y las puse a nombre de mi hija. Ella no las conoce y no sabe nada de nada. Allí comenzó la venta de la tierra. Ella me dijo: ‘dele papá”.

Crespo Marín relató, además, que lo primero que hizo fue ponerle precio a la finca adquirida años atrás en $100 mil: El precio tasado fue de $20 mil la hectárea. “Eso me daba un total de 480 mil dólares”, destacó.

Contó que el primer interesado le ofreció $15 mil hectárea; otro aumentó la propuesta a $17 mil la hectárea, pero pospuso la venta por dos años, pues, según él, no había apuro.

Después, se le acercó el colombiano Carlos Restrepo, quien ofertó $18 mil por hectárea y comenzaron a negociar; sin embargo, expresó que prefirió desistir del proceso.

Indicó que, posteriormente, a su finca, ubicada en la comunidad del Jobo, llegó el entonces ministro Ferrufino.

“Estaba aquí y llegó con unos peones y preguntó por mí. Lo conocía, pero de la televisión”, rememoró. Me dijo, ¡Mira, Crespo!. Estoy interesado en las tierras de Santa Cruz.

Crespo Marín detalló que le pidió $20 mil por hectárea, pero Ferrufino quería negociar. “Eso está muy caro”, fue la respuesta del titular del Mides. Pero el terrateniente no cedió.

El agricultor expresó que Ferrufino insistió y le dijo: “Yo tengo un amigo que es el interesado. Él es el que sabe. Voy hablar con él”.

Ferrufino reapareció 15 días después y la respuesta fue la misma. “Te voy a decir la verdad, Ferrufino, por menos de $20 (mil) no vendo.

Al mes y medio, el funcionario volvió por tercera ocasión y después de mucho pensarlo Crespo Marín afirmó que cedió, sin embargo, hubo condiciones.

“Mira, Ferrufino. Te la voy a vender (...) te voy ajustar el precio, pero tengo ciertos parámetros. Primero, dame $18 mil la hectárea. Además, vas a correr con todos los gastos legales. Quiero 432 mil”, fue el precio final en la que se cerró la transacción por la finca, lo que dista de la historia de $4,600 que se manejó en un principio y cuya cifra es la que aparece en el Registro Público.

EL PAGO

De acuerdo con Crespo Marín, Ferrufino habría pedido pagarle a través de una transferencia bancaria, pero se negó.

Él quería una transacción más segura y transparente: “Si te vendo, me tienes que pagar con cheque de gerencia. Que sea de una persona independiente que tenga los méritos para que se justifique de donde viene esa plata o de una empresa privada”.

Pero el entonces ministro Ferrufino, de acuerdo con el relato del vendedor, expresó: “No, esto es de un amigo. No soy el que va pagar esto” y le propuso endosarle dos cheques.

Para cancelar el terreno, se hicieron tres pagos. Uno fue con un cheque del Banco General, pero Crespo Marín dice no recordar si lo hizo Ferrufino o su esposa Milena.

El segundo fue a través de un cheque de la empresa Heliflight Panama, S.A., fechado el 1 de noviembre de 2012, por un monto de $250 mil; y un tercero, del 19 de noviembre de 2012, por un monto de $150 mil, proveniente de la misma compañía.

Pero Crespo Marín aún dudaba. Destacó que antes de recibir los pagos verificó en el Banco General y en el Global Bank la forma en que recibiría el pago de $150 mil. “Les dije que tenía un cheque de 150 mil dólares y me dijeron que si es una empresa privada podía traerlo y depositarlo. Pero si el pago era de un civil, tiene que venir con él”, contó y así se cerró el negocio.Dos años después, Crespo Marín decide correr el velo a una negociación que se fraguó, casi en secreto. Ahora, destacó que ha entregado toda la información a los auditores de la Contraloría y está dispuesto a ratificarse. “Mi palabra vale más que una escritura notariada por 10 notarías”, expresó.

LA FINCA

En el terreno de 24 hectáreas se pueden apreciar infraestructuras, maquinarias, caballos y un tendido eléctrico que, según moradores,

instaló el entonces ministro Ferrufino desde la carretera de Santa Cruz hasta su finca, con una distancia aproximada de un kilómetro.

En un recorrido por el área, lugareños afirman que entre los proyectos de Ferrufino está construir tres galeras para albergar 35 mil pollos en cada una y cuyo costo podría ascender a $200 mil.

Uno de los moradores señaló que Ferrufino tiene el apoyo de más de ocho vigilantes en la finca, “todos andan en 4x4”.

Contiguo a ese terreno hay una finca de siete hectáreas, que también se le adjudica a Ferrufino.

UN NEGOCIO DE ALTO VUELO

En sus cinco de años como ministro de Desarrollo Social, Guillermo Ferrufino “cambió muchas vidas”, incluyendo la suya y la de amigos.

Ferrufino, un expresentador de televisión cuyas lágrimas obnubilaron a la población, aprovechó programas sociales como Red de Oportunidades y “100 a los 70” -destinados a los más necesitados del país- para beneficiar a sus allegados con millones de dólares en contratos directos.

Prueba de ello es que, mediante notas dirigidas a los entonces directores del Programa de Ayuda Nacional (PAN) Giacomo Tamburrelli y Rafael Guardia Jaén, ambos detenidos por irregularidades en la institución, Ferrufino les solicitó la contratación de los servicios de helicóptero para movilizar al personal que entregaría la ayuda a los beneficiados de ambos proyectos. (ver documentos).

Una de las compañías favorecidas fue Heliflight Panama, S.A., cuyo presidente y gerente general es Fotis Lymberópulos, un viejo conocido del entonces ministro.

Esta empresa, de acuerdo con documentación obtenida por este diario, fue contratada “por invitación directa, sin recurrir a los procedimientos de selección de contratistas”.

¿La justificación? Los directores del PAN, entidad cuya directiva integraba Ferrufino, adujeron que, “como organismo adscrito a la Presidencia de la República, [este] ejecuta de manera expedita programas y ofrece asistencia social para dar respuesta inmediata a las necesidades básicas de la población”.

En su declaración indagatoria del pasado 12 de febrero ante la Fiscalía Segunda Anticorrupción, que investiga presuntos sobreprecios y vuelos ficticios, Guardia Jaén afirmó que los ministros -incluido Ferrufino- transferían sus fondos al PAN y solicitaban el servicio de helicópteros.

Además, que Heliflight Panama, S.A. era la empresa “que prácticamente siempre le prestaba servicio al Mides”.

Según los documentos, Heliflight Panama, S.A. presentó facturas por unos 3 millones 803 mil dólares en el alquiler de helicóptero por parte del Mides.

La hora de vuelo pagada por la institución a la compañía era de mil 500 dólares y en algunos casos hasta 2 mil 490, cuando en el mercado se maneja un costo de entre mil dólares a mil 500 dólares la hora de vuelo.

En 2009, Heliflight Panama, S.A., recibió pagos por 152 mil 480 dólares; en 2010, la compañía del amigo de Ferrufino obtuvo 261 mil 240 dólares; en el año 2011, la suma se elevó a 809 mil 491 dólares; en 2012 fue beneficiada con 824 mil 559 dólares. En 2013, la cifra fue de 829 mil 059 dólares y en los primeros seis meses de 2014 se quedó con 926 mil 174 dólares.

La buena relación comercial entre el Mides y Heliflight Panama, S.A., fue tal, que la empresa brindaba servicios mucho antes de ser contratada.

Un ejemplo de lo anterior es la nota remitida por Ferrufino a Guardia Jaén el 9 de abril de 2013 para la contratación de helicópteros para el sexto pago de Red de Oportunidades y “100 a los 70”, el cual se llevó a cabo del 4 al 6 de diciembre de 2012; es decir, cuatro meses antes. (ver nota).

Este diario intento obtener la versión del exministro Ferrufino, pero su abogado Carlos Cabezas manifestó que su defensa será en el tribunal y no en los medios de comunicación.

También se contactó al empresario Dionisio Lymberópulos Cossiori, quien solo se limitó a decir que toda la documentación de las compras fueron remitidas a la Fiscalía Anticorrupción.

Además, afirmó que por el momento no le gustaría hablar del tema, para permitir que se resuelva en las instituciones competentes.





FUENTE: Eduardo Mendoza, Julio Ruiloba - http://prensa.com

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