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martes, 30 de agosto de 2016

(EE.UU.) Oliver Stone aporta un testimonio que cambia todo sobre el asesinato de JFK

Uno de los asesinatos más célebres de nuestra historia reciente, la muerte de Kennedy, sigue de actualidad después de 50 años. El magnicidio, que se pudo ver en todas las televisiones de Estados Unidos, mantiene aún, paradójicamente, multitud de aspectos que permanecen en la sombra.
El último en lanzarse a hablar sobre el tema ha sido Oliver Stone que, tal y como explica ‘Daily Mail’, publica un libro en el que un ex agente del gobierno cuenta toda la verdad sobre cómo fue (y se urdió) la muerte de JFK.

La versión oficial de un solo tirador, Lee Harvey Oswald, como un lobo solitario ha ido desgastándose desde aquellos días, hasta quedar prácticamente obsoleta. La idea de que una sola persona estuviera movida por unas razones tan férreas que le llevaran a planear con precisión milimétrica un plan de acción para acometer el crimen con éxito, nunca convenció a muchos, y pronto comenzaron a aparecer nuevas teorías sobre su asesinato.

El agente contactó con Stone y le reveló que alguien de su propio equipo había disparado contra el presidente

Los hechos llevaron a una especie de locura colectiva por la que aparecían conspiraciones de todo tipo, desde las que aludían al Gobierno o la mafia, como ya hemos contado anteriormente en 'El Confidencial', hasta aquellas que, oportunamente formuladas, apuntaban a un enemigo que se volvía aún más perverso con la comisión de este crimen, como Fidel Castro o la KGB.

El presidente era un peligro

Oliver Stone también es escéptico en cuanto a la versión oficial, interesado siempre en poner el foco en una posible conspiración. Así lo demostró en su día dirigiendo la película 'JFK' y ahora con este libro, titulado ‘La Experiencia de Oliver Stone’ que se publicará en Estados Unidos el 13 de septiembre (por la misma fecha estrenará también su último largometraje, 'Snowden'). En él relata sus conversaciones con un ex agente del Gobierno estadounidense, encargado de la seguridad de Kennedy, al que menciona con el pseudónimo de ‘Ron’.

El agente contactó con Stone y le reveló lo que afirmaba era un testimonio de primera mano: que alguien de su propio equipo había disparado contra el presidente.

En un principio, el director cuenta que mantuvo cierta incredulidad frente a tal afirmación, ya que podría ser una más de las teorías rocambolescas de la conspiración, pero finalmente le convenció porque, según dice, narraba los hechos con detalles “muy auténticos” y “plausibles”, además de por la jerga militar empleada por Ron.

“Nadie ha escuchado nunca esta historia. Soy la primera persona. Ron dijo que no quería reconocimiento”, explica Oliver Stone. Ron se encontraba con un cáncer en fase terminal, por lo que quiso desvelar lo que sabía. “Quiero que sepas que lo hago por mi conciencia”, le dijo a Stone.

Entre la CIA y la mafia

No es el único que apunta a que el magnicidio de Kennedy podía venir desde dentro; David Talbot, autor de ‘La conspiración’ y con una larga trayectoria en la investigación sobre el tema, ya apuntaba a la CIA como instigadora del crimen. En concreto, aludía a su presidente en aquella época, Allen Dulles, quien, según dice, consideraba a JFK una amenaza para la seguridad nacional.

Dos días después de la muerte de Kennedy y cuando se encontraba bajo custodia policial, Oswald apareció asesinado a manos de Jack Ruby

Tampoco está claro si de hecho hubo un solo tirador. Algunas investigaciones, ya incluso en aquella época, apuntaban a que los disparos fueron realizados desde más de un punto. Este sería un procedimiento habitual entre los cuerpos de élite estadounidenses: dos tiradores se colocan muy cerca, de manera que, si falla el primero, el segundo está preparado para disparar. Así si el objetivo realiza un movimiento repentino en el momento del primer disparo, el segundo tirador, que aún le está siguiendo, puede acertar. Al ser las trayectorias del disparo similares, será más complicado identificar cuántos tiradores había en realidad. Como táctica de guerra se emplea una lógica parecida, pero con los tiradores separados, de manera que el fuego cruzado impida al enemigo identificar la procedencia de los disparos.

Sin embargo, las conexiones de Lee Harvey Oswald con la mafia dejan la puerta abierta a otras muchas incógnitas sobre para quién trabajaba realmente el tirador, sobre todo teniendo en cuenta que, dos días después de la muerte de Kennedy y cuando se encontraba bajo custodia policial, Oswald apareció asesinado a manos de Jack Ruby, un empresario conocido por sus lazos con el crimen organizado.

En cualquier caso, hasta que el Gobierno de Estados Unidos no levante el secreto de los informes de inteligencia sobre la muerte del presidente, seguiremos teniendo a esta como uno de los grandes misterios sin resolver del siglo XX.

FUENTE: Virginia Carbajo - http://www.elconfidencial.com

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