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domingo, 25 de septiembre de 2016

(España) Bahamas abre una pista en el desfalco de 20 millones del grupo vasco Indaux

La estafa a la empresa vasca Indaux tiene aún flecos pendientes. El supremo condenó en marzo a José Ramón Azcue Eizaguirre, que fue director financiero de la empresa, por saquear 20 millones de la firma hacia un socio sin que lo supieran los dueños. Azcue está en prisión, pero el dinero nunca ha aparecido. El Confidencial y La Sexta, en una investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán 'Süddeutsche Zeitung', han tenido acceso a más de 175.000 compañías registradas en Bahamas entre 1990 y 2016 que dan una pista a seguir. Entre 2003 y 2008, poco después de que estallara el escándalo, Azcue fue director de Aquatech International Limited, en Nassau (Bahamas). Junto a él figura Mateo Azpietia Basurto, dueño de la empresa y que por entonces ya estaba mayor y delegaba en él, pero en 2013 le sucedió Enrique Rioja Iribarren, consejero de Indaux. El caso sigue envuelto en secretismo ya que la empresa no ha contestado a las llamadas de este diario. ¿Tiene o tuvo Azcue el dinero ahí? ¿O esta es una sociedad de Indaux en Bahamas que emerge ahora? Sin respuesta. Alrededor de Bahamas reina el silencio.

Cinco de noviembre de 2013. La sección primera de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa juzga a José Ramón Azcue Eizaguirre, que durante 20 años fue directivo del Grupo Asedir (matriz de Indaux), en el que llegó a ser director financiero. Se trata de un grupo industrial vasco que en 2015 facturó 45 millones de euros. Azcue protagoniza un juicio que llama la atención: está acusado de saquear su empresa de acuerdo principalmente con Pedro Urrutia, un hombre condenado anteriormente por estafa en Barcelona y residente entonces en Costa Rica.

Ramón Azcue está en la prisión de Álava. Entre 2003 y 2008 figuró como director de una firma en Nassau

En el juicio Azcue parece tranquilo. Viste chaqueta y corbata y se hace el tonto. La cámara que graba la vista está un poco lejos y no se le distingue bien la cara. Apenas el pelo moreno. El fiscal le interroga por la sucesión de operaciones que entre 2003 y 2007 fueron sacando 20 millones de euros de Indaux sin que los dueños lo supieran. La versión de Azcue es que él era un pobre hombre que fue cayendo en las trampas de Urrutia. Así justifica por ejemplo una operación inmobiliaria fallida en Barcelona en la que perdió 900.000 euros en efectivo cuando Urrutia ya debía dinero a la empresa: "Pedro Urrutia nos ofrece la posibilidad de quedarnos con un terreno, bueno había un edificio, en Barcelona. Me enseñan esto y me dicen que lo dan en dación de pago y que vale más que lo que te debemos. Yo no quería un terreno. Pero como vale más me dicen lo vendes rápido por lo que lo tengas que vender".

A la compraventa, realizada en 2014, Azcue fue con una mochila de 900.000 euros en efectivo pero surgió un problema en el último minuto para cerrar el trato. “Estábamos todos ahí con la mochila con los 900.000 euros y el señor Urrutia se ofrece a solucionarlo. Me dice: 'Dame dos días, me voy a Francia y lo arreglo con esta gente'. Se me hace entregar ese dinero con un recibo que me firma Miguel Ibáñez por órdenes del señor Urrutia. Yo no vi más ese dinero", declara Azcue a preguntas del fiscal.

Azcue presenta a Urrutia como "el marqués de Carabás" del cuento del 'Gato con botas', que fingía ser un noble potentado y en realidad estaba tieso. El fiscal no da crédito. “El importe que ya se había derivado al señor Urrutia era de varios millones de euros. Y entonces usted entrega 900.000 euros a cambio de nada y sin firmar nada", pregunta. "Sí, sí", asiente Azcue.

No solo había operaciones fallidas, sino que en la espiral por conseguir que Urrutia le devolviera lo que debía a Indaux, Azcue siguió dándole dinero. "¿Por qué le tenía que entregar dinero? ¿Por qué?", llega a preguntar el fiscal alzando la voz. Están tratando la entrega de 180.000 euros que Urrutia garantizó con unas fotocopias de fondos de oro del Tesoro de EEUU y aún no han llegado a hablar de la compra de los derechos de un futbolista de Rosario (Argentina) para vendérselo al Barcelona. "Visto aquí y en frío no tiene ningún sentido", admite Azcue ante el tribunal.

La versión de Azcue no coló y en junio de 2014 la Audiencia le condenó a 13 años y medio de cárcel y a devolver el dinero. Urrutia también fue condenado. Según la sentencia, "Azcue Eizaguirre se puso de acuerdo con el también acusado Pedro José Urrutia Urrutia —con propósito ambos de enriquecimiento propio— extralimitándose el primero en los poderes y autorizaciones que ostentaba en el Grupo Asedir —con conocimiento de esta circunstancia por parte del segundo y de sus más estrechos colaboradores, también acusados— en el periodo comprendido entre enero de 2003 y mayo de 2007 llevaron a cabo, sin el consentimiento ni la autorización de los socios propietarios ni administradores, la salida continuada de capitales de las sociedades que integran el Grupo Asedir extrayendo de las mismas —principalmente de sus cuentas bancarias existentes en oficinas de la referida provincia— un capital cuya suma total alcanza los 19.586.719 euros".

Lo hizo valiéndose que tenía "amplios poderes y autorizaciones" en el grupo, que incluye las sociedades Asedir Gestión, Indaux, Herdesa, Industrias Lein, Cajones Metálicos, Pauferco, Playa Gaztetape, Sotinher, Donostia Films, Okin Talde, Artadi Alimentación, Okipan BCN, DCA Okin y Urkabe Benetan". Allí llevaba "20 años de ejercicio profesional" y "gozaba de la plena confianza de los socios propietarios, tanto en cuanto a su cualificación profesional como en cuanto a su lealtad al grupo empresarial perjudicado". Según el fallo, Azcue abusó "de la confianza en él depositada así como de la firma de otros socios apoderados —Mateo Azpeitia, de edad avanzada, 81 años al inicio de los hechos— y dispuso de forma continuada de los referidos fondos, logrando la salida de los mismos de las cuentas de las sociedades perjudicadas y desviándolos mediante trasferencias tanto a cuentas bancarias propias como a otras de titularidad de Pedro José Urrutia Urrutia y por indicación de este a los restantes acusados, familiares y personas del entorno y confianza del propio Urrutia Urrutia".

En marzo pasado, el Supremo ratificó la sentencia aunque rebajó un poco la pena de Azcue. Poco después de esa sentencia ingresó en la prisión de Álava sin haber devuelto más que una ínfima parte del dinero. Este diario ha intentado, sin éxito, contactar con su abogado, y con el de Pedro Urrutia, que también fue condenado. Aunque la sentencia declara probado que compraron casas, hubo transferencias a Panamá y compras de multitud de Mercedes y dos Audi de alta gama, no hubo forma de rescatar más que 800.000 euros. "Dios sabe dónde están los 20 millones", tituló en 2010 'Interviú' una información en la que detallaba las amistades de Urrutia con la iglesia en Costa Rica.

Los Papeles de Bahamas abren una pista. El 8 de diciembre de 2003, Ramón Azcue Eizaguirre es nombrado director de Aquatech International Limited, en Nassau (Bahamas). Junto a él figura Mateo Azpietia Basurto, dueño de la empresa y que por entonces ya estaba mayor y delegaba en él. Una sociedad de este nombre aparece en la sentencia del Supremo como una de las que envió dinero a Azcue y Urrutia.

Las fechas de la sociedad Aquatech van paralelas a las del caso Indaux. La empresa denunció a Azcue en 2007 y el 14 de marzo de 2008 este cesa en la empresa de Nassau. Entre 2008 y 2013 queda solo Mateo Azpeitia (que falleció en 2015). El 12 de marzo de 2013 entra como director Enrique Rioja Iribarren, consejero de Indaux y en julio de 2014, un mes después de la sentencia, la sociedad fue liquidada. La pista de Bahamas en el caso Indaux desaparecería así. Al menos por el momento.

FUENTE: Rafael Méndez - http://www.elconfidencial.com

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