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jueves, 15 de junio de 2017

(España) Ola de calor: 34 grados en el aula y manguerazos para evitar desmayos

Alumnos que caen desmayados y hay que llamar corriendo al Samur. Lipotimias más leves que se resuelven con un poco de agua, aire fresco y un susto en el cuerpo. Una treintena de adolescentes sudando a chorros en aulas-invernadero a 34 grados de temperatura, seis horas al día. Toboganes infantiles en los que se podría freír un huevo, en los que profesores tienen que salir corriendo a parar a los niños antes de que se abrasen.
Patios sin toldo y sin sombra. En resumen, escenas infernales que se han venido repitiendo en las últimas horas en cientos de guarderías, escuelas infantiles e institutos de España. En plena ola de calor, con el curso escolar todavía abierto, padres y profesores lanzan un SOS desesperado: algún día ocurrirá una desgracia y entonces ya será tarde.

"Ningún centro público, al menos en Madrid, está acondicionado para soportar el calor. No hay ventiladores, no hay aires acondicionados, y en muchas aulas da el sol toda la mañana. Solo algunas salas de profesores y aulas de estudio están climatizadas. Es insoportable estar en las aulas", denuncia Susana Carpintero, profesora de matemáticas en el IES Francisco de Goya - La Elipa de Madrid.

No puede ser que los centros educativos sean los únicos en los que no se aplica la ley que fija en 27 grados el límite para trabajar

La ola de calor que ha puesto en pie de guerra a decenas de personas en las redes sociales en las últimas horas no le llega de nuevas a esta profesora. Carpintero lleva ya seis años batallando por que se climaticen los centros educativos, o que por lo menos se establezcan unos protocolos por temperatura extrema. "Tras mucho insistir, conseguí confirmar que, a falta de un protocolo, es el director del centro quien debe medir la temperaturas de las aulas y tomar medidas. No puede ser que los centros educativos sean los únicos en los que no se aplica la ley [de Prevención de Riesgos Laborales] que fija en 27 grados el límite para trabajar. Casi todos los colegios e institutos superan esa temperatura todo el día. A las 8:30 de este miércoles, ya había 28 grados en una de las aulas, y llegamos a 35 en las horas pico".

Carpintero confirma que es raro el día en que la enfermería de su instituto no tiene que atender a algún alumno. Y suerte tienen de que al menos cuentan con enfermería. "Yo misma soy incapaz de dar clase en estas condiciones. Me paso el tiempo mareada y me ahogo al hablar. Intento que los alumnos vayan trabajando entre ellos y resolverles las dudas, pero lo paso mal. Tanto yo como los chicos tenemos que salir constantemente al baño a refrescarnos y beber un poco de agua. Parece que es cosa de unos días, pero son casi dos meses así entre septiembre y junio". Este mismo miércoles, una ambulancia tuvo que acercarse al colegio Iplacea de Alcalá de Henares a atender a un alumno con lipotimia. Finalmente, se recuperó sin mayores consecuencias.

Si yo soy la madre de uno de esos alumnos desmayados, me voy directa a la comisaría con el parte del Samur a denunciar al colegio

"Si yo soy la madre de uno de esos alumnos desmayados, me voy directa a la comisaría con el parte del Samur a denunciar al colegio. Mi propia hija ha venido más de un día sangrando por la nariz sin que haya forma de parar la hemorragia. La responsable de todo esto es la Consejería de Educación, que es quien no invierte en climatizar los centros aun sabiendo que las condiciones son horribles", le secunda Sara Esquinas, asociada del AMPA del Instituto Tirso de Molina de Madrid. "Un ejemplo del despropósito es la fase nueva de nuestro instituto, que se construyó hace cuatro años sin contemplar la instalación de sistemas de ventilación para los meses de calor. Meter a 30 adolescentes en un aula minúscula a 34 grados, que es la temperatura de este miércoles, durante seis o siete horas, a veces después de venir de educación física, es un abuso".



Si bien toda la mitad sur de la Península padece los rigores del calor extremo, es Madrid el lugar donde más se han concretado las críticas en las últimas horas. Un rumor que se ha tornado grito de indignación tras la reacción del consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, al problema. Con toda naturalidad, Sánchez ha recomendado "hacer abanicos de papel" a los niños como "terapia ocupacional", y ha descartado la instalación de aire acondicionado en las escuelas porque "no es la solución", en conversación con la cadena SER. Algunas escuelas, como el Colegio Decroly de la capital, han optado directamente por rociar con agua a los niños que se quedan en el colegio hasta las cinco de la tarde, e invitan a los padres a meter un bañador en la mochila de sus hijos.

El consejero de Sanidad de la comunidad ha indignado a los padres recomendando como solución que los niños "hagan abanicos de papel"

"Los centros no están preparados para el frío, para el calor ni para las épocas de alergias. Eso se debe a la falta de inversión y de acondicionamiento. Y claro, ahora no le puedes pedir a una comunidad autónoma, en este caso Madrid, que resuelva el problema en dos días. Con el problema añadido de los ratios sobredimensionados de ocupación en las aulas", sostiene José Luis Pazos, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa). "La situación estos días es muy grave en las aulas, pero no creo que haga reaccionar a los políticos. Y tampoco puedes mandar a los chavales a casa porque no es la solución", se queja.

Ante la inacción política, algunos padres han decidido tomar la iniciativa e instalar ellos mismos sistemas de ventilación. Es el caso de la escuela infantil Santa Madre Maravillas, en Getafe, cuyos padres han comprado de su bolsillo, y hasta instalado, ventiladores en los techos. "Conseguimos que aprobaran el permiso de obra. Pero a partir de ahí, no se hacía nada. Así que decidimos hacer una colecta de cinco euros entre los 150 alumnos que tiene la escuela y nosotros mismos nos encargamos. Era eso o tener a nuestros hijos de entre uno y tres años a más de 30 grados durante varias horas al día", explica María Sánchez, madre de una alumna. La escuela también ha adelantado una hora la salida al patio (ahora salen a las 10:00), pero a Sánchez le preocupa, como a muchos otros padres, qué condiciones van a tener los niños en las escuelas de verano. "Mi hija mayor tendrá que estar en un colegio más antiguo, que tampoco tiene aire acondicionado ni ventiladores. Y en julio va a hacer todavía más calor. Esto no termina en una semana cuando acabe el curso".

Asociaciones de padres y madres, profesores y sindicatos urgen a la Administración a repartir en las escuelas manuales de actuación ante el calor extremo como primer paso, con el objetivo final de, por lo menos, aprobar un protocolo que regule esta situación en las aulas igual que se hace en las empresas, visto que la instalación de ventiladores y aires acondicionados va a ser una lucha de muy largo recorrido.

FUENTE: David Brunat - http://www.elconfidencial.com

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