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lunes, 10 de julio de 2017

(España) Podemos sigue sin aclarar si el derecho a decidir deben ejercerlo todos los españoles

Podemos enarbola la bandera de la plurinacionalidad prácticamente desde sus inicios, como suelen reivindicar los dirigentes de la formación, y más concretamente como apuesta electoral en los comicios catalanes de septiembre de 2015, a los que se presentaron con la marca Catalunya Sí que es Pot. Una seña de identidad que, al menos como concepto retórico, ha introducido el nuevo PSOE de Pedro Sánchez en su último congreso federal.
La última encuesta DYM para el El Confidencial señala que casi la mitad de los españoles están de acuerdo con que España es un Estado plurinacional, pero ¿qué significa este concepto para Podemos y, sobre todo, cómo entronca con el ejercicio de la soberanía nacional, uno de los puntales en los que se asienta su hipótesis populista?

Las respuestas de la formación liderada por Pablo Iglesias han variado, dependiendo del momento electoral y del nivel en el que se encontrase el desafío catalán, equiparando siempre la plurinacionalidad con el derecho a decidir pero divergiendo si lo deberían ejercer solo las nacionalidades históricas o el pueblo español en su conjunto. La última posición marcada por el secretario de Organización, Pablo Echenique, tras participar en la reunión monográfica sobre plurinacionalidad del denominado 'Gobierno en la sombra', es que esta respuesta debe surgir de “un debate social amplísimo". El primer paso, argumentaba, es “entender España como un país de países”, en lo cual señala grandes avances, y el segundo sería “concretar cómo tiene que reflejarse esa realidad en las instituciones del Estado, y eso tiene que pasar por un amplísimo debate social”.

Pablo Iglesias también evitó concretar la misma pregunta planteada en un reciente desayuno informativo, remitiéndose a un ensayo, traducido por “el conservador” Miguel Herrero de Miñón, según señaló, en que el alemán Georg Jellinek “explicó las complejidades que puede tener el ejercicio soberano en un Estado plurinacional”. El líder de Podemos había asegurado previamente que la soberanía nacional reside en el pueblo español, pero matizaba acto seguido las “complejidades” de su ejercicio en un Estado plurinacional.

Echenique: "El segundo paso es concretar cómo se refleja la plurinacionalidad en las instituciones del Estado, y eso pasa por un amplísimo debate social”
La formación ha pasado así por varios estadios a este respecto, desde asegurar que el referéndum catalán sobre su relación con el resto del Estado podría encauzarse a través del artículo 92.1 de la Constitución española, y por tanto con una mera consulta no vinculante y en la que participarían todos los españoles (en la campaña de las elecciones generales del 20-D), a reclamar el derecho a decidir solo para los catalanes (campaña del 27-S). Entre medias no se ha sentado un posición firme, a pesar de contar con una secretaría específica sobre plurinacionalidad, que tras Vistalegre II ostenta la diputada canaria Meri Pita, lo cual se hizo evidente durante el cara a cara que protagonizaron Mariano Rajoy y Pablo Iglesias durante la sesión de investidura.

El presidente del Gobierno, consciente de las fallas en el modelo territorial propuesto por Unidos Podemos y su incoherencia no resuelta con la soberanía nacional, matriz de cualquier movimiento político de cariz populista, se lanzó a preguntar: “¿Cree usted en la soberanía nacional o hay derecho a destruirla? ¿Tienen todos los españoles derecho a decidir sobre España o solo lo tienen unos pocos?”. Ya entonces, Iglesias volvió a recurrir al que fuera dirigente de UCD y posteriormente del PP, Herrero de Miñón, añadiendo a su respuesta una sentencia del Tribunal Constitucional de 2014 en la que llamaba a buscar una solución dialogada. Por último añadió que en el marco de la Constitución española y de la ley podría haber un referéndum, en una respuesta múltiple propia de campaña electoral que serviría para contentar a todos sin concretar su propuesta.

Mariano Rajoy replicó la misma pregunta —“a la que no me ha contestado”— en diversas ocasiones, mientras Iglesias seguía eludiendo concretar su posición a base de contraataques. Un ping pong parlamentario que solo pudo romper la presidenta Ana Pastor decretando un receso ocho horas después de que arrancase el debate. La respuesta de Unidos Podemos volvió a quedar en el aire, pero no la del PP, que concretó Rajoy: “Un referéndum de autodeterminación no se puede permitir porque lo prohíbe la Constitución, que proclama que la soberanía reside en el conjunto de los españoles y que una parte no puede decidir por todos”.
Una ambigüedad centenaria

La plurinacionalidad es un concepto que ha puesto a circular Podemos, llevándolo al centro de la agenda política como salida a los conflictos territoriales que llegaron a España hace algo más de un siglo. En este término ya profundizaron, aunque finalmente sin éxito, los sectores no separatistas de los nacionalismos catalán, vasco y gallego, y en menor medida los federalistas, durante las Cortes Constituyentes de la Segunda República. Como dejó escrito pocos años después el diputado del Partido Galeguista Rodríguez Castelao, que participó en aquella Cámara, “los federalistas entendíamos que, para devolverle a España su ser auténtico, era necesario abrir los ojos y coordinar, dentro de un Estado plurinacional, los intereses materiales y morales de los diferentes pueblos” ('Sempre en Galiza').

Han rescatado la plurinacionalidad pero no han resuelto, como los primeros sectores políticos que enarbolaron esta bandera, quién la ejerce

La problemática no resuelta, “complejidades”, que diría Iglesias, que surgen entre la plurinacionalidad y el ejercicio de la soberanía nacional, tampoco es nueva. Como explica el catedrático de Historia y estudioso de los nacionalismos Justo Baramendi, la plurinacionalidad implica no solo un acuerdo sobre cuáles son las “naciones orgánicas” de España sino el temor a que el derecho a decidir acaba utilizándose “para romper el Estado o dejarlo reducido a su mínima expresión mediante la fórmula confederal”.

En la Constitución republicana de 1931, finalmente se optó por reducir la soberanía nacional a un solo sujeto, el pueblo español, representado por el Congreso de los Diputados y el presidente de la República. Unidos Podemos ha rescatado la plurinacionalidad, pero tampoco ha resuelto, como los primeros sectores políticos que enarbolaron esta bandera, quién ejerce la soberanía o, dicho de otro modo, si la relación de una nacionalidad histórica con el resto de España sometida a referéndum la votan todos los españoles o no. Cualquiera de sus posicionamientos, el más “constitucionalista” (todos) o el más nacionalista (solo las nacionalidades históricas) chocaría con su apuesta por un proyecto “nacional popular”, que prioriza la soberanía nacional bajo el lema electoralista 'Pueblo, patria, Podemos'. De ahí las “complejidades” que tienen como resultado una calculada ambigüedad.

FUENTE: Iván Gil - http://www.elconfidencial.com

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