Tras su muerte, quedó en estado de abandono hasta que en 2003 el galerista Lio Malca dio con ella. Nueve años después la adquirió y reformó. Casa Malca tiene 35 habitaciones -varias de ellas suites-, piscina, dos restaurantes y acceso privado a la playa.
Disfrutar de las comodidades de este lugar cuesta 400 euros al día. En ella hay además obras de arte de Malca, que se pueden adquirir.
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