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lunes, 30 de octubre de 2017

Las denuncias de abusos clericales se disparan en Argentina

Karen Maydana recuerda que tenía nueve años cuando el sacerdote Carlos José la manoseó en el banco de una iglesia frente al altar. Fue durante una confesión antes de su primera comunión.

Culpa al trauma provocado por ese momento en 2004 de un intento de suicidio cuando era adolescente. Y, sin embargo, nunca había hablado en público sobre lo ocurrido hasta este año. Luego de escuchar que dos mujeres que estudiaron en su escuela de la localidad argentina de Caseros sufrieron supuestos abusos del mismo sacerdote, se les unió como denunciante en un caso que en julio llevó a la detención del cura, sospechoso de agresiones sexuales agravadas.

“Lamentablemente estamos apareciendo muchas, pero a la vez te llena de fuerza y esperanzas para poder seguir en esta lucha”, dijo a The Associated Press Maydana, de 22 años. “Y digo, bueno, a mi sobrina de nueve años que va a tomar la primera comunión no le va a pasar esto”.

Las acusaciones son parte de una tendencia al alza: mientras el papa Francisco dice estar determinado a cumplir su promesa de “tolerancia cero” con los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en todo el mundo, las víctimas en su Argentina natal realizan denuncias a un nivel sin precedentes. Un análisis de AP mostró que el número de curas identificados públicamente como presuntos agresores sexuales ha aumentado drásticamente en los dos últimos años.

Los expertos atribuyen el repunte a un cambio cultural, ya que las víctimas se sienten con más valentía para denunciar los abusos, la fiscalía está más dispuesta a investigar las acusaciones, incluso en casos ocurridos hace décadas, los medios de comunicación son cada vez más proactivos a la hora de reportar estas situaciones y los juzgados no dudan en dictar sentencias ejemplares.

“Es un efecto dominó”, dijo Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability.org, un grupo con sede en Estados Unidos que recopila datos de abusos del clero.

En Estados Unidos, se han dado a conocer archivos confidenciales de cientos de curas pedófilos a través de litigios civiles, acuerdos u órdenes judiciales. Su contenido reveló que altos cargos de la jerarquía eclesiástica actuaron en las sombras para controlar el escándalo y ocultar los casos a las autoridades y los feligreses.

“Lo que es realmente destacable aquí es que los sobrevivientes en Argentina no tienen las mismas herramientas legales que vemos en otros países, y aun así seguimos viendo un incremento significativo de los casos”, agregó Barrett Doyle.

La AP compiló una lista de 66 sacerdotes, monjas y otros religiosos que, desde 2001, han sido acusados de abusar presuntamente de docenas de personas, la mayoría niños. La cifra se obtuvo a partir de testimonios de las víctimas, documentos judiciales y eclesiásticos y reportes de medios locales corroborados con la base de datos de BishopAccountability.org. El número de denuncias nuevas por año se mantuvo en un solo dígito entre 2000 y 2015. Pero desde principios de 2016, las víctimas han identificado a 21 más, la mayoría acusados de abusos cometidos hace décadas.

“En Argentina estamos en el inicio recién de la crisis de los abusos”, dijo el obispo de San Francisco, en la provincia argentina de Córdoba, Sergio Buenanueva.

“Seguramente la Iglesia en Argentina va a conocer un in crescendo de estas denuncias”, añadió el prelado, que dirige una comisión en la Conferencia Episcopal Argentina que investiga este tipo de abusos.

Buenanueva dijo que la Iglesia está planeando crear su primera base de datos integral sobre abusos clericales. El obispo viajó recientemente al Vaticano, donde se reunió con miembros de la comisión que asesora a Francisco sobre el tema para discutir políticas de prevención para Argentina, incluyendo formar al clero para detectar a víctimas y agresores potenciales.

Los sobrevivientes de los abusos también están pasando a la acción. Maydana y sus compañeras de escuela, Mailin Gobbo, de 29 años, y Yasmin Detez, de 25, visitaron recientemente la iglesia y el colegio adyacente en el que estudiaron para describir a AP lo ocurrido, señalando que esperaban que esto ayudase a proteger a otros niños. Otras cuatro mujeres se sumaron a su denuncia.

“Exponerme no me importa si eso significa que otras personas van a poder hablar”, afirmó Gobbo, que decidió hacer público su caso tras el nacimiento de su hija.

Gobbo y Detez denunciaron que el cura abusó de ellas en una piscina y en la escuela. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)

FUENTE: Con información de Agencias - http://www.larepublicaonline.com

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