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lunes, 30 de abril de 2018

El socialismo de Cuba es un ‘un eterno pase de lista’

Un nuevo libro describe a Cuba. Su autor, el periodista mexicano Julio Patán, cita a otros autores con una amplia visión del socialismo de la Isla, pero asegura que él les agrega a todos los datos, un toque de frescura, según reseña El Nuevo Herald.

Nieto de exiliados de la República española, una buena parte de su familia creyó en la “utopía marxista”, por lo cual, su visión no es la de un testigo hostil, sino la de un observador agudo que va comprobando poco a poco la veracidad de muchas de sus lecturas sobre el fracaso del castrismo.


Llegó a Cuba 38 días después de la muerte de Fidel Castro con la intención de hacer una crónica y su primera conclusión la saca de una marcha en honor al guerrillero.

El socialismo de Cuba es como “un eterno pase de lista”, resume el periodista.

El desfile que presenció el 2 de enero en la Plaza de la Revolución lo describe como “una coreografía subdesarrolladona, bananera”.

Señala que los discursos suceden mientras la gente se toma selfies y trata de sacudirse el calor.

Quince minutos después de comenzar la marcha, se disuelve. Su anfitriona luego le contaría que la gente solo asiste para que los jefes los vean.

Represión

En el libro publicado por Planeta, Patán recopila su vivencia desde que elige un hospedaje privado a través de Airbnb.

Su anfitriona cubana, gran colaboradora para la contextualización de los datos usados por el autor, está obligada a tomar los datos del pasaporte, “llamar al Ministerio del Interior, de ser necesario cinco, seis o 12 veces, como es habitual, y reportar que el ciudadano mexicano Julio Patán Tobío, hospedará ahí”.

Cuenta que ese control le recuerda a “la España del último franquismo, donde te pedían el pasaporte hasta para comprar un paquete de cigarillos”.

Pronto comprobará que en lo único que ha triunfado el castrismo es en el control de la ciudadanía.

“La nómina de los represaliados es larguísima. Este libro gira en buena medida en torno a ellos”, reconoce Patán.

Turismo
A Patán nadie le prestó unos lentes, el con sus propios ojos comprueba que La Habana no se parece en lo absoluto a lo que quieren presentar las guías turísticas.

“Se cae a pedazos”, dice simplemente.

“Hay, sí, un puñadito de barrios o zonas equiparables al mundo desarrollado, o con las zonas privilegiadas de los países más pobretones que no han optado por el ideal igualitario como Cuba”.

Parece que nada se salva de Patán. Ni el restaurante La Torre, con su vista privilegiada del Vedado desde el piso 36 del edificio Focsa.

Le parece un sitio pasado de moda, carente de estilo, sin nada que ofrecer para alguien que viene del mundo normal, acostumbrado a recibir cierta calidad por su dinero.

Según Forbes, a su muerte, Castro tenía una fortuna de más de $900 millones, cifra que muchos consideran conservadoras.

Su legado de destrucción es lo que encuentra este hijo de la izquierda que respeta la honestidad de su pluma. “La utopía sin cristales” la llama Patán.

Explicación
Patán lanza opiniones de diferentes aspectos de Cuba y los resume así:

“Cuba puede entenderse como una de las mayores colecciones de disparates de la historia. Casi cada mínimo aspecto de la realidad tangible es absurdo”.

“Un reyezuelo delirante y todopoderoso decidió hacer de esa isla su campo de juegos surrealistas, su gran museo de la aberración. El reyezuelo se llamaba Fidel Castro, y pasó durante muchos años por un benefactor de su pueblo. Por sus obras los conoceréis”.

Diferencia a La Habana en: la de la superficie y La Habana profunda

Ambas “se parecen mucho: no funcionan, se caen literalmente a pedazos, son sucias, son caras porque las cosas son caras donde nada se produce y todo se importa. Son escenarios de la devastación”.

Sin embargo, Patán las diferencia en algo: “Para cualquiera que no mire a Cuba con el filtro de la ideología, la mirada superficial sobre la ciudad es devastadora, triste, indignante. La maldita miseria y la represión, sin más. La ciudad más profunda, esa que ves con la ayuda de los amigos locales, no mejora ni tantito, más bien al contrario, pero te llega filtrada con el regalo de la ironía cubana, de la guasa habanera, tan lúcida y tan filosa”.

“Aunque no sé si realmente podemos ver una Cuba sin Fidel. Fidel está ahí, en sus obras, jodiendo desde ultratumba. Tal vez el título de mi libro es un engaño”.

Lo peor
“Lo que me chocó fue lo que vi y escuché al mismo tiempo: la degradación que produce la pobreza peor de todas, que es la pobreza inamovible del que vive en un paraíso hecho por decreto, la pobreza del que no tiene derecho a luchar contra la pobreza porque eso significa violar los principios de la Utopía”, desarrolla Patán.

Y detalla: “La pobreza del que no tiene siquiera el derecho a decir que es pobre, vaya. Esa pobreza que mueve a tantos cubanos a actuar como hombres que son lobos de hombres: como materialistas extremos, a la busca de los mendrugos del turismo capitalista. Terrible. La historia es irónica: eso quedó del hombre nuevo del Che, como digo también en el libro”.

FUENTE: Con información de Dayana Fernández - https://cubanosporelmundo.com - (PULSE AQUÍ)

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