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viernes, 25 de mayo de 2018

Comandante ruso detrás del ataque al MH17: "Tenemos el misil, vamos a derribarlo ya"

"Ya tenemos el BUK, vamos a derribarlo echando hostias". Tres días antes del desastre del avión de Malaysia Airlines (MH17) un hombre que responde al nombre de “Oreon” se jactaba así en una conversación telefónica de tener en su posesión el sistema de misiles que derribó en el Este de Ucrania un avión en el que viajaban 298 personas desde Ámsterdam hacia Kuala Lampur, el 17 de julio de 2014. El distintivo corresponde al nombre completo de Oleg Vladimirovich Ivannikov, un alto comandante ruso y miembro del principal servicio de inteligencia del Kremlin. Estas son las últimas pesquisas logradas por los investigadores de un equipo de internacional formado independiente formado por Bellingcat, The Insider y McClatchy DC Bureau.

Un día después del derribo, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) publicó una serie de conversaciones telefónicas interceptadas los días previos al ataque y en las que aparentemente hablaban los militares rusos involucrados en el desastre humano que provocó el derribo del avión. A partir de esas grabaciones, el equipo que dirige Bellingcat ha determinado “de manera concluyente” que “Oreon” es la identidad de una de las personas más buscadas por el Equipo Conjunto de Investigación establecido a nivel internacional para determinar el quién, el cómo y el porqué de tal masacre. Ivannikov era un oficial de la Dirección General del Estado Mayor del Ministerio de Defensa de Rusia (GRU) y seguía en su puesto hasta al menos el pasado septiembre.

Como ficha personal, los investigadores aseguran que “Oreon” nació en el este de Alemania el 2 de abril de 1967. Es hijo de un reconocido general ruso que fue condecorado antes de asistir a una academia militar soviética en Kiev. Se graduó de la Facultad de Aeronáutica del Instituto de Aviación de Moscú, en 1990. Posteriormente, se convirtió en un oficial militar del GRU. Uno de los momentos clave de su vida fue su despliegue encubierto en la autoproclamada República de Osetia del Sur, desde 2004 hasta 2008. Como presidente del Consejo de Seguridad de ese territorio en disputa del Cáucaso meridional y aplicando la política separatista promovida por Rusia, ofreció formación militar a los rebeldes de la región separatista, a la par que Rusia y Georgia competían por su reintegración.

En 2006 se convirtió en Ministro de Defensa y Emergencias de esa región. Ivannikov, que atacó un avión no tripulado de reconocimiento georgiano, movilizó entonces a los mercenarios rusos para que se unieran a las milicias de Osetia del Sur y atacar a las fuerzas georgianas de mantenimiento de la paz. En 2008, dimitió de su cargo ministerial para sacarse un doctorado con una tesis que tituló: “La naturaleza compleja de la guerra de la información en el Cáucaso”, aplicando lo que aprendió en ese territorio aún en disputa. Y es que aunque Georgia carece de control sobre Osetia del Sur, el Gobierno georgiano, Naciones Unidas y la mayoría de los gobiernos mundiales consideran el territorio parte de Georgia, cuya constitución designa el área como "el antiguo distrito autónomo de Osetia del Sur".

En 2012, recuperó su nombre real y ejerció como “experto militar” en un centro de investigación financiado por el Estado ruso. Publicó decenas de artículos sobre la guerra en Siria, donde -según los investigadores de Bellingcat- se encuentra a día de hoy dirigiendo a las milicias rusas que luchan junto a las fuerzas de Bashar al Assad. Antes de marchar de nuevo a la guerra en territorio sirio y según múltiples informes de comandantes rusos y los separatistas ucranianos que luchan en la conocida como “La República Popular de Luhansk” (LNR), Oleg, bajo el nombre de “Andrey Ivanovich', era el asesor militar y dirigente político de esa región, donde llegó a principios de 2014 y permaneció hasta 2015. “Coordinó y supervisó las actividades militares de militantes rusos, separatistas prorrusos y contingentes del ejército privado del grupo Wagner. También supervisó la adquisición y el transporte de armas a través de la frontera entre Rusia y Ucrania. Ocupaba estas funciones en el momento del derribo de MH17”, afirman los investigadores.

Un artículo que Oleg escribió en 2016 sobre ese país demuestra que tiene un alto conocimiento del sistema de misiles de defensa aérea S-300 que Rusia suministró a Siria en 2016 “solo” para defender una base naval rusa (según Moscú). Este S-300 está fabricado por Almaz-Antey, la misma empresa de defensa que produce el sistema de misiles BUK-M1, utilizado en el ataque al MH17. En un enésimo intento de contactar por teléfono con “Oreon” para poder obtener una grabación más larga y hacer una comparación más amplia con su voz en la conversación filtrada por los servicios secretos ucranianos, este equipo de investigadores llamó a un teléfono fijo registrado a su nombre y al de su esposa en Moscú. “No está, lleva varios meses fuera y no sé cuándo volverá. Yo tampoco he sido capaz de contactar con él”, afirmó su mujer, preguntada por el hombre clave en las investigaciones del MH17. Bellingcat sugieren que las pistas obtenidas por ellos hasta ahora llevan a pensar que Ivanovich se encuentra en Siria sirviendo los intereses de su país.

Un nuevo capítulo en la Guerra Fría del siglo XXI
Para los familiares de las víctimas del desastre de MH17 es “muy bueno” que Bellingcat está “husmeando y descubriendo” nuevos datos con su investigación, según Hans de Borst, que perdió a su hija Elsemiek, de 17 años. Lamentó que el Equipo Conjunto de Investigación (JIT) “tardará otro año o dos” en confirmar los hallazgos de estos investigadores independientes, como ya pasó hasta ahora con la identidad de la unidad militar que trasladó el sistema de misiles BUK desde Rusia hasta Ucrania. Bellingcat dijo hace dos años que el misil era de una brigada rusa, la 53º de las Fuerzas Armadas de Rusia, pero el JIT no confirmó hasta el jueves esa información. Este último equipo es el único que tienen legitimidad para presentar pruebas concluyentes a la Justicia, pero los investigadores independientes recogen todo el material posible para evitar su destrucción por los sospechosos o con el tiempo.

La identidad de Oleg, sus documentos de identidad, títulos, registros, junto a las grabaciones hechas por Bellingcat durante estos cuatro años de investigación tratando de localizar al famoso “Oreon”, ya están en manos del JIT. Hasta que la investigación criminal oficial no termine, el caso no pasará a manos de la Justicia holandesa, quien se encargará de juzgar a los sospechosos, con o sin la colaboración de Rusia. Mientras tanto, el mundo vuelve a encender la mecha de la tensión con Vladimir Putin, quien niega por activa y pasiva su vinculación con el derribo del MH17 y tampoco reconoce las conclusiones de ninguna investigación. Insiste en que fue Ucrania la que disparó el misil y advierte de que, mientras no haya expertos rusos participando en las labores de investigación, Moscú no dará validez a conclusiones como las del JIT. La OTAN, la UE, EEUU, el Reino Unido y varios países instan a Rusia a reconocer su “responsabilidad” en lo ocurrido, un nuevo capítulo en la Guerra Fría del siglo XXI que no hace más calentarse durante los últimos meses.

FUENTE: Con información de MANE RACHIDI - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

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