Reinel García, alias Pija, comandó una de las columnas móviles de la extinta organización armada antes de apartarse del acuerdo y formar su propio grupo disidente.
De 50 años y con un extenso prontuario que incluye secuestro y terrorismo, García había desertado de las filas insurgentes con unos $15.000 millones de pesos (más de cinco millones de dólares) y abundante material de guerra y explosivos, según Villegas.
“Este es un golpe muy importante contra los grupos residuales” que operan en los departamentos de Cauca (suroeste) y Arauca (noreste), comentó el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas.
García fue capturado durante un operativo militar en el departamento de Casanare, próximo a una de las zonas de influencia de su agrupación.
El excomandante, que formó parte de las Farc por 20 años, era buscado por la Interpol y al momento de su detención portaba una pistola Sig Sauer, una escopeta y municiones, según detalló el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Sin un mando unificado, los disidentes cuentan con unos 1.200 combatientes y operan en apartados puntos de Colombia donde controlan el narcotráfico o la minería ilegal.
Suscrito en noviembre de 2016, el pacto de paz con el ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) condujo al desarme de unos 7.000 combatientes y ha evitado unas 3.000 muertes al año, según datos oficiales.
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