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viernes, 28 de septiembre de 2018

(España) El Gobierno defiende a Delgado y Duque y denuncia el "acoso brutal" de PP y Cs

El Gobierno se amuralla. Se blinda frente al "acoso brutal", la "campaña" de PP y Ciudadanos, la "cacería" incansable de la derecha que "bloquea" la acción del Ejecutivo y que ha "traspasado" todas las líneas rojas. Pero el Gabinete de Pedro Sánchez se reivindica frente a las dificultades. "Es un equipo de granito", un equipo que está "perfectamente engrasado". Y en sus planes no entra prescindir en modo alguno de los dos ministros cuestionados, la titular de Justicia, Dolores Delgado, y el de Ciencia, Pedro Duque.

Isabel Celaá entró al combate, al cuerpo a cuerpo contra la oposición desde el primer minuto en que tomó la palabra en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministras y Ministros de este viernes. "La oposición está demostrando que no sabe asumir la pérdida del poder" y la llegada de un nuevo Ejecutivo de manera "democrática y constitucional". El PP, "en connivencia con la nueva derecha", Ciudadanos, está lanzando una "campaña de acoso al Gobierno incomparable en democracia". Por dos caminos.

Para empezar, desde las instituciones, "bloqueándolas o traspasando límites más allá de lo tolerable", ya que ambas formaciones utilizan su mayoría en el Mesa del Congreso para impedir la tramitación urgente de la reforma de la Ley de Estabilidad que permita privar al Senado de su capacidad de veto a la senda de déficit que plantea Sánchez, autorizada por Bruselas. PP y Cs se "saltan" las normas de "imparcialidad y neutralidad" que han de regir un órgano técnico como la Mesa e impiden "disponer de 6.000 millones de euros" para el "blindaje" del Estado del bienestar.

Pero esa "campaña de acoso", a juicio del Ejecutivo, no se dirige solo desde las instituciones. También entiende que los partidos de la oposición han "iniciado un ataque personal, que no político", a los miembros del Gabinete. Se trata, dijo la ministra portavoz, de un "brutal acoso al Gobierno" que ha empezado a ser "más que evidente" no solo para los ciudadanos progresistas, sino para otras "personas de centro y liberales" que muestran su "repulsa ante esta cacería". Ante un "acoso" que "produce bochorno democrático".

Más "transparencia"
El Gobierno proclama que, pese a todos los obstáculos y esa "campaña", seguirá trabajando en beneficio de los españoles. Que frente a una "estrategia política" de desgaste, hará lo que ya dijo Pedro Sánchez el miércoles desde Nueva York, cuando el cerco sobre la titular de Justicia se estrechaba: que el Ejecutivo "vino a limpiar" el país de corrupción, lo hace y lo seguirá haciendo. "No nos van a parar".

Celaá enseñó como señal de la determinación del Ejecutivo la aprobación, este viernes, del real decreto que aprueba el reglamento del alto cargo, desarrollo de la Ley 3/2015. Era un decreto "sencillo de hacer" pero que sirvió de "coartada" al Gobierno de Mariano Rajoy, dijo, para no publicar las declaraciones de bienes y actividades de los altos cargos. De hecho, desde 2014 no se publicaban en el BOE todos esos datos. Mañana, y gracias a la aprobación de este real decreto, se divulgarán en el 'Boletín Oficial de Estado' 1.500 registros referidos a 1.062 altos cargos —de los gobiernos de PP y PSOE—, de los cuales 38 son ministros, 74 son secretarios de Estado y 18 son cargos asimilados, además de subsecretarios, secretarios y directores generales.

Tras la Gürtel
"El Gobierno avanza por la línea de una mayor transparencia, que es la única fórmula aceptable para avanzar en democracia" y lo hace, presumió Celaá, en mayor grado que los anteriores Ejecutivos". "Como ningún otro en la historia", abundó. "Hay quien dice que como llegamos moralizando" al poder, "eso ha de tener sus consecuencias". Celaá desmintió esa frase: "Llegamos al Gobierno tras una sentencia judicial de corrupción", la de la Gürtel, que "cuestionaba la credibilidad del anterior presidente", Rajoy, y que afectaba de lleno al partido que le sustentaba, el PP. El aviso del Gabinete socialista es claro: "Vamos a seguir trabajando por la sociedad española. Hemos pasado de la impunidad de antaño a la persecución, pero continuamos en la brecha".

Era lógica esa salida a la ofensiva por parte de Celaá. Ya se venía fraguando desde principios de esta semana, cuando los socialistas constataron —eso esgrimían y esgrimen— que les rodeaba una operación política de desgaste, con la intención de tumbar a Sánchez. Las palabras "cacería", "acoso", "campaña" y "cruzada" salían de forma unánime de labios de dirigentes del partido y de mandos del Ejecutivo.

En el turno de preguntas, Celaá intentó no salirse del guion ni entrar en honduras. El mensaje era evidente: dar la imagen de un Ejecutivo sin fisuras y cohesionado, al que no le afectan los sobresaltos casi diarios. Como los dos de los últimos días: las relaciones de Delgado con el comisario José Manuel Villarejo, hoy encarcelado por el caso Tándem, y la situación fiscal de Duque, que este viernes sí reconoció "errores" que subsanará. Ambos han proclamado que no dimitirán. La portavoz les expresó ese respaldo de todo el Gabinete.

"Excelente ministro"
Delgado, subrayó, "ha dado las explicaciones pertinentes", y "más va a dar" en la comparecencia que ya tiene programada en el Congreso para el 10 de octubre. "Tiene la plena confianza de este Gobierno y de su presidente. Es una excelente jurista y va a seguir trabajando en Justicia", señaló Celaá, dando por hecho por tanto que seguirá en su cargo. La portavoz recalcó que "es evidente" que el policía retirado "no ha tenido una conducta moral exigible" y precisamente por eso, recordó, está en la cárcel. ¿Habría pasado lo mismo, las entregas secuenciadas de grabaciones, con un Ejecutivo de otro color?, se le preguntó. "No sabemos qué habría pasado de tener aquí otro Gobierno", respondió, apuntando en la misma dirección que Sánchez desde Nueva York. "Nosotros no atendemos a las extorsiones de un corrupto".

Para Duque valía la misma receta. Defensa cerrada. Celaá se remitió a sus declaraciones de ayer jueves en su departamento y hoy desde Bruselas. Es un "excelente ministro", además de una persona "ejemplar" y "respetada" por su "altísima cualificación profesional" como astronauta. "Tenemos la satisfacción de tenerlo como compañero", mantuvo. "No nació ministro", como disculpándole por sus titubeos y su forma de explicarse.

Pero precisamente su versión ha mutado en estas horas. Desde la capital belga, donde acudió a una reunión del Consejo de Ministros de Competitividad de la UE, apuntó que si ha habido "errores" en sus obligaciones fiscales se enmendarán. Si es así, ¿se le pedirán responsabilidades?, se le preguntó a Celaá. Ella no quiso ir más allá. Sí proclamar otra vez la fortaleza del Ejecutivo: "El Gobierno es un equipo de granito. [Un equipo] perfectamente engrasado, además, que enfrenta los problemas diarios con la confianza, la seguridad, la determinación y la correspondencia de que la ciudadanía está estimando el trabajo que estamos haciendo y lo está valorando".

Respaldo al presidente del CIS pese a la polémica
El nombramiento de José Félix Tezanos como presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) va a ser uno de los quebraderos de cabeza de Pedro Sánchez. El veterano socialista ya tuvo que dejar a regañadientes su cargo en la ejecutiva del PSOE (luego abandonó también el de la Fundación Pablo Iglesias, vinculada al partido), y ya hubo suspicacias con su primer barómetro, el de julio, porque estiraba al PSOE hasta el 29,9%.
Pero las críticas han sido más fuertes con este segundo barómetro. No solo porque a partir de ahora las estimaciones de voto serán mensuales -como ocurría hasta la llegada de José María Aznar al poder, en 1996-, sino porque Tezanos no utiliza 'cocina'. Suma intención declarada de voto a cada partido y la simpatía que le confiesan los encuestados y punto. No utiliza una variable que para los sociólogos es fundamental a la hora de ponderar los resultados: el recuerdo de voto. Tezanos se ha encontrado no solo con la crítica de la oposición -que le reprocha que se le haya ido la mano con la proyección a su partido, al PSOE, al concederle un 30,5%, frente al 20,8% del PP, el 19,6% de Cs y el 16,1% de Unidos Podemos-, sino de los profesionales, ya que el nuevo método de trabajo rompe con la serie histórica, justo lo más apreciado del CIS.
Ante las críticas, el organismo lanzó ayer jueves una inusual nota de prensa para defender el nuevo tiempo, explicar los cambios y recalcar que no se gastará un euro más. El CIS respondía asimismo al estupor que había generado la entrevista de Tezanos, la víspera, en 'Hora 25', en la Cadena SER.

Este viernes, Isabel Celaá defendió el nuevo proceder y a su presidente: "El CIS también funcionaba hace unos años con la orientación y dirección que ha anunciado el CIS que va a hacer en el futuro. Y nada más diré". Respaldo, pues, a los barómetros mensuales, como en la época de Felipe González. El instituto esgrime que la razón para volver a esa periodicidad es "poder brindar a los ciudadanos, así como al Parlamento y a la sociedad española en general, una información más detallada, regular e inmediata".

FUENTE: Con información de JUANMA ROMERO - https://www.elconfidencial.com ->> Ir

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