Por: Guillermo A. Cochez - La decisión de Panamá de iniciar relaciones diplomáticas con la República Popular China era algo que se discutía de muchos años atrás. En el Gobierno de Ernesto Pérez Balladares (1994-99) se establecieron relaciones comerciales entre ambos países y cada uno abrió su oficina comercial. Al asumir Martín Torrijos la Presidencia (2004-09), a insistencia del Doctor Ricardo Arias Calderón, líder del aliado Partido Popular, casi se concretiza esa decisión. Desde el primer momento, estuve de acuerdo con la medida, porque Panamá debe mantener relaciones con todos los países del mundo. Sin embargo, en el poco más de un año de este establecimiento advierto, por el secretismo como se ha manejado todo, que tenemos que tener mucho cuidado.Panamá, en los dos últimos Gobiernos, ha carecido de una política exterior coherente. Martinelli propuso, en visita a Israel, que Jerusalén fuese la capital del Estado judío, generando la inmediata protesta del mundo árabe. En Alemania, llegó a sugerir las conveniencias de que Panamá tuviese como moneda el euro; la primera ministra Angela Merkel se hizo la desentendida con semejante absurdo. Igualmente, Martinelli rompió la centenaria tradición panameña de respetar un asilo concedido (caso del ecuatoriano Galo Lara Yepes) para revocarlo por razones que nunca se explicaron. Varela, por igual, ha seguido por el mismo camino zigzagueante. ->>Continuar leyendo...
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