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lunes, 1 de octubre de 2018

(España) Aznar, Rajoy, Pastor y Garrido se borran del acto de fin de ETA organizado por Moncloa

Era un acto "cargado de electricidad", de "emoción", decían en La Moncloa. Previsto y organizado desde hace mucho tiempo. La ceremonia solemne de entrega de Francia a España de archivos intervenidos a ETA en el país galo, el punto final y simbólico a una larga historia de terror, dolor y miedo. Un evento puramente institucional, no partidista, pero del que sin embargo se apearon los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy. También los presidentes de Congreso y Senado, Ana Pastor y Pío García-Escudero, se ausentaron. Igual que hizo el jefe del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido. Se trataba de un claro vacío institucional del PP que desde el entorno de Pedro Sánchez, anfitrión del acto, preferían no comentar.

Ya desde hacía meses se sabía que este 1 de octubre estaba reservado para la ceremonia de fin de ETA compartida por España y Francia, presidida no solo por Sánchez, sino también por el primer ministro galo, Édouard Philippe. La Moncloa quería garantizar la máxima solemnidad para hacer hincapié en las víctimas del terrorismo y en la cooperación fructífera de los dos países vecinos en la lucha contra ETA.

Por eso cursó invitaciones para todos los expresidentes del Gobierno —sí estuvieron presentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero—, para los representantes de los poderes del Estado —y sí asistieron el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, o la presidenta del Consejo de Estado, la exvicepresidenta socialista María Teresa Fernández de la Vega—, para los que dirigieron el combate contra ETA —en primera fila estaba sentado el exvicepresidente del Ejecutivo y exministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba—, para mandos policiales de los dos países y para los colectivos de víctimas del terrorismo —acudieron 16 entidades y cuatro excusaron su asistencia—. El Salón de Tapices del palacio de la Moncloa estaba preñado de cargos del Gabinete de Sánchez y de parte de su Ejecutivo, encabezado por la vicepresidenta, Carmen Calvo, y los ministros Fernando Grande-Marlaska (Interior), Dolores Delgado (Justicia), Isabel Celaá (Educación), Josep Borrell (Exteriores) y Reyes Maroto (Industria). También arropaban la entrega simbólica de documentos de Francia a España el lendakari, Iñigo Urkullu, y su antecesor, el socialista Patxi López, o el director del CNI, Félix Sanz Roldán.

Máxima solemnidad y representación institucional de primer nivel, sí, pero el acto inevitablemente quedó deslucido sin la presencia de Aznar y Rajoy, de Pastor y García-Escudero, de Garrido. Porque a quien La Moncloa no invitó fue a los líderes de los partidos: en la lista no estaba Pablo Casado, que reprochó al Gobierno que no hubiera contado con él, pero tampoco figuraban Pablo Iglesias, Albert Rivera o miembros de la cúpula del PSOE. Se quería un evento austero e "institucional", no partidista, repetían en el equipo del presidente.

Rajoy recibió la invitación "el jueves por la tarde", según manifestaron a este diario desde su círculo, y ya "no podía cambiar su agenda" de este lunes. Pastor, por ejemplo, según fuentes de su entorno, acabó excusándose y alegó asimismo razones de "agenda": el almuerzo de Casado en el foro organizado por el diario 'ABC'. García-Escudero, por su parte, tenía reunión del comité ejecutivo del PP de Madrid, que él preside. Sí estaba Marimar Blanco, que aunque es diputada del PP asistía en calidad de presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.

"No estábamos solos"
Sánchez enfatizó durante toda la ceremonia en la importancia de "dignificar" la memoria de las víctimas, en la necesidad de "construir una narrativa de memoria y solidaridad", de no perder la batalla del relato. Ese es uno de sus mensajes recurrentes en todos los meses transcurridos desde la disolución de la organización, en mayo. "La narrativa pertenece a las víctimas, no a los terroristas ni a quien les apoyaron". El presidente destacó que es preciso recordar a los 800 asesinados por la banda y a sus familiares "frente a la tentación de la desmemoria", rendirles un "homenaje profundo y sentido". Fueron ellas las que más sufrieron por la "libertad" y la "democracia" en España y han de ser siempre reconocidas por la sociedad y las instituciones públicas. El jefe del Ejecutivo agradeció a las víctimas su "sacrificio", "ejemplo", "valentía", "coraje" y "dignidad".

"Resistimos y al final ganamos, ganamos desde el Estado social y democrático de derecho, porque imperó el consenso político, fundamentado en la unión de todos los demócratas", frente al proyecto "totalitario" que quería imponer la banda, dijo Sánchez. La derrota de ETA fue posible gracias también a la "eficaz y estrecha cooperación" de Francia, con gobiernos de distinto signo, y también gracias a la acción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de los dos países y de la Justicia. "Ganamos en buena medida porque no estábamos solos en la lucha", recordó. España tenía a su lado a "muchas democracias europeas, y especialmente a Francia".

Encomiendas a las juezas Le Vert y Davo
"Hoy sellamos el final de un camino que nuestra sociedad jamás quiso recorrer", manifestó Sánchez. "Estamos aquí, de pie, a la fuerza tristes, pero con determinación y fuertemente unidos, con una determinación y una fuerza que nos lleva a combatir sin descanso por los valores universales en los que creemos, por los que las naciones europeas están pagando un caro tributo. Estamos unidos y lo seguiremos estando. Somos y seguiremos siendo invencibles", complementó el primer ministro galo, Édouard Philippe, quien también advirtió de que las democracias ahora libran otro combate contra el terrorismo, pero el de raíz yihadista, y que tanto España como Francia han sufrido recientemente. El 'premier' galo estaba acompañado en el acto por la titular de Justicia de su Gabinete, Nicole Belloubet.

El reconocimiento a la labor de París, así como el agradecimiento por la entrega a España, el pasado febrero, del llamado 'archivo de ETA', tuvo su reflejo en la propia ceremonia, en la que Philippe entregó a Sánchez una reproducción simbólica de los documentos conocidos como 'sellos de ETA', y en la que el presidente impuso a las magistradas francesas Laurence Le Vert y Hélène Davo la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica por su labor en la lucha contra la banda. Los llamados 'sellos' son documentos que constituyen pruebas en un caso judicial, y romperlos o robarlos constituye un delito penal grave, prueba de su importancia. En total, Francia entrega a España unos 8.000 documentos, dijo Philippe, que cuentan "el día a día del odio, la ingeniería ruin de asesinato, la historia de hombres y mujeres que, a ambos lados de la frontera, arriesgaron sus vidas para luchar contra ETA".

Francia dio a España más de 40.000 folios, numerosos archivos digitales y más de 300 armas y piezas de estas. Todo este material puede servir, como enfatizó Sánchez, para arrojar luz sobre los atentados de la banda que siguen sin esclarecerse. Una vez analizados, todos los efectos serán entregados al Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Vitoria, y que será inaugurado próximamente. Será "un banco de la memoria", un "ejercico de justicia, dignidad y una exigencia moral por los valores que estas representan".

Desde La Moncloa no se quería hablar de "boicot" del PP al acto. Pero no podían ocultar un cierto resquemor. "Cuando el presidente Sánchez se refiere al ruido tamién es por esto. Esta era una ceremonia por y para las víctimas, fuera del alcance de los partidos, en la que se quería subrayar la victoria sobre el terrorismo", señalaban. Otras fuentes del Gabinete sí indicaban que había "orden" de Casado y de ahí el plante. En el Ejecutivo explicaban que las invitaciones se habían cursado con antelación, tanto por escrito como telefónicamente. Pero sí asumían que salieron tarde porque en un primer momento se pensaba organizar el acto en el País Vasco, se esperaba que pudiera viajar el presidente francés, Emmanuel Macron, pero este no pudo y se optó por el escenario de La Moncloa, del Salón de Tapices, para un evento sobrio pero emotivo.

No obstante, agradecían la presencia de todas las autoridades y colectivos que acudieron, y especialmente de las asociaciones de víctimas. 20 estuvieron invitadas, y se acercaron al complejo presidencial 16. Una de las que declinó fue Dignidad y Justicia, en protesta por el acercamiento de presos de ETA a cárceles de País Vasco y Navarra. Casado lamentó que no se hubiera contado con el partido que "derrotó" a la banda, informa EFE. Pero es que el cariz del acto, respondían en La Moncloa, era otro: institucional, y no partidista.

FUENTE: Con información de JUANMA ROMERO - https://www.elconfidencial.com ->> Ir

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