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| Rolando López, Consejo de Seguridad Nacional |
En una breve reflexión sobre este organismo, el político dijo que es ‘una prolongación de las estructuras que sostenían la base de operaciones de la antigua jefatura de inteligencia de la dictadura militar.
En la época de la dictadura militar circularon versiones que alertaban de que en las entrañas de las instalaciones militares de las Fuerzas de Defensas se archivaban expedientes con información confidencial de la vida secreta de los panameños, políticos, amigos, empresarios y enemigos del régimen dictatorial.
Esa era la función de la sección de inteligencia y contrainteligencia de las Fuerzas de Defensa, donde supuestamente se almacenaba la información en cajas. ‘Era como la otra vida —como me decía el general Noriega—'. ‘Esa que ni la esposa ni los hijos conocen', expresa una columna de opinión publicada el 11 de junio de 2011, en este medio impreso.
El antiguo G-2 era una agencia de inteligencia militar y policiaca que actuaba a nivel nacional e internacional. ‘Era una estructura vertical (del comandante de las Fuerzas de Defensa al jefe del G-2), un organismo de inteligencia política, pero más orientado a penetrar el narcotráfico y bandas subversivas', explicó el analista político José Isabel Blandón.
‘Estamos bajo las mismas condiciones autoritarias y autocráticas', aseguró Bernal. Es peor aún porque ‘este organismo de inteligencia no está dirigido a la seguridad ciudadana ni al respeto de los derechos humanos, sino a la protección de los intereses del presidente y de su círculo... Es una desviación absoluta de lo que es un consejo de seguridad', dijo el catedrático.
METAMORFOSIS
Tras la caída del régimen militar, en diciembre de 1989, y el arranque del proceso de reconstrucción nacional, Guillermo Endara Galimany quiso abolir cualquier práctica dedicada al espionaje político que imitara las funciones que realizaba el temido G-2.
Entonces creó primero la Policía Nacional para proteger a los nacionales y extranjeros. Poco tiempo después creó el CSN con limitaciones y un reglamento detallado de sus funciones.
La misión, según el Decreto Ley 263 del 19 marzo de 2010, que lo regula, es velar por la seguridad pública y la defensa nacional. Es además un organismo consultivo y asesor del presidente en estas materias.
Para entonces, ninguno de los miembros del equipo de inteligencia debía estar inscrito en partido político. La fuerza laboral estaba integrada por profesionales de diversas ramas que tenían capacidades y habilidades para recoger y procesar información.
Durante tres periodos —Guillermo Endara (1989 -1994), Ernesto Pérez Balladares (1994-1999) y Mireya Moscoso (1999-2004)—, el organismo de inteligencia estuvo dirigido por civiles con experiencia en seguridad. ‘La agencia tenía poca actividad política, pero ciertos niveles de espionaje', explicó Blandón.
El chantaje, según el politólogo Carlos Guevara Mann, llegó con la administración de Martín Torrijos (2004- 2009). El entonces ministro de Gobierno y Justicia, Daniel Delgado Diamante promovió decretos que transformaron el organismo.
Al inicio de su mandato, el 31 de mayo de 2009, Ricardo Martinelli también lo modificó. Inicialmente, la ley prohibía usar medios de inteligencia para espionaje político, pero este principio se fue distorsionando con los años para ajustarlo a las necesidades particulares de los gobiernos de turno.
Hoy, en día, Martinelli enfrenta un proceso por supuestas escuchas telefónicas a políticos, periodistas, abogados y empresarios, entre otros.
En la administración de Juan Carlos Varela ‘estamos ante un G-2 mucho más abusador incluso que el de la época militar porque controla al Ministerio Público', expresó Bernal.
‘(El CSN) ha venido evolucionando poco a poco, concentrando poder hasta convertirse en un poderoso organismo de inteligencia parecido al G-2', aseguró Blandón. Peor aún, según el analista, que se hayan introducido métodos clandestinos de persecución. Advierte que en la práctica esto se conoce como la pérdida de la institucionalidad donde ‘suprainstituciones' intervienen en otros órganos del gobierno.
Otras experiencias de pueblos latinos demuestran el riesgo que implica que los organismos de inteligencia evolucionen hacia acciones perversas. En Perú, Vladimiro Montesinos utilizó el aparato de inteligencia para espiar y chantajear a políticos, ministros, empresarios y periodistas. En El Salvador, se acusa al aparato de inteligencia de acciones violatorias a la intimidad de las personas.
En Panamá, las acciones del organismo de inteligencia han escandalizado al punto de existir el temor de que las prácticas militares sean retomadas. Una investigación de este medio reveló que desde el aparato de inteligencia se armaron expedientes que más tarde dieron paso a procesos penales.
Los casos abiertos involucran a políticos y funcionarios de la administración gubernamental (2009-2014).
Además de que es función del Ministerio Público instruir e investigar los hechos delictivos, es preocupante, según reveló la serie de entregas publicadas por este medio, que la información recopilada haya sido empleada para perseguir a opositores considerando que el presidente panameño tuvo diferencias públicas y abiertas con la pasada administración.
Blandón considera que las funciones del organismo se han desviado como consecuencia de que personas con formación policiaca han asumido su mando, ‘el criterio de un oficial es la conspiración permanente del enemigo, quiere saber quién es el enemigo'
Por último, Blandón recomendó reformas constitucionales que resten poder al presidente, que le den independencia a los órganos estatales y que definan legalmente las funciones del organismo de inteligencia.
FUENTE: Con información de Marlene Testa - http://laestrella.com.pa ->> Ir
