En 1985, John Gotti ordenó matar a Paul Castellano, por entonces líder de la familia Gambino, con el objetivo de hacerse con el poder en una de las organizaciones mafiosas más importantes de Nueva York (EEUU). Para devolver las aguas a su cauce, el poderoso clan llegó a un acuerdo: se acabó matar al 'Boss', pues las muertes violentas solo servían para restar credibilidad poder y credibilidad a la familia. Ahora, 35 años después, ha tenido lugar el asesinato de Frank Cali... y ha sido por amor.La noticia saltaba el pasado viernes, tras conocerse que Francesco 'Frank' Cali, líder de la familia Gambino, había sido asesinado a sangre fría frente a su lujosa casa en Nueva York. Ocurrió sobre las 21:20 hora local, momento en el que regresaba a su casa: tras aparcar el vehículo en la calle, Cali recibió siete disparos en el pecho desde un vehículo que se encontraba aparcado. Tras caer al suelo malherido, ese mismo automóvil le atropelló a gran velocidad.
Pocos días más tarde, la policía de Nueva York ha detenido al principal sospechoso del asesinato. Se trata de Anthony Comello, un joven de 24 años, al que han atrapado tras analizar el vehículo desde el que se produjeron los disparos y el atropello. Después de que las autoridades hayan sacado huellas del interior del coche, fue este domingo a última hora cuando le detuvieron en Brick, localidad situada en Nueva Jersey, momento desde el que se encuentra bajo custodia policial.
Pero, ¿qué razón tendría un joven de 24 años para acabar con el gran capo de la mafia neoyorkina? Pues todo apunta a un crimen pasional: según han afirmado fuentes policiales a los medios de comunicación norteamericanos, Comello tenía una relación sentimental con una sobrina de 'Franky Boy', quien habría exigido que se acabara el romance para evitar problemas. Y es que los escarceos del joven con delitos menores podían provocar que la policía tuviera una razón para atacar a la familia. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de RUBÉN RODRÍGUEZ - El Confidencial
