Es uno de los vídeos que se pueden ver en el canal #MiPueblitoBueno de la Fundación Triángulo Extremadura, un proyecto para mostrar sin prejuicios la vida de una mujer lesbiana en los pequeños pueblos de la región. Silvia se crió en Miajadas, un municipio de menos de 10.000 habitantes que se encuentra al sur de la provincia de Cáceres. La experiencia de la responsable del área de familias de la fundación tras atreverse a dar el paso y confesar su orientación sexual fue muy positiva, y a día de hoy considera que haber salido del armario “es lo mejor que he hecho en mi vida”, como explica a El Confidencial. Hoy, se ha convertido en una de las grandes activistas de la comunidad extremeña.
“En el pueblo no eres simplemente Silvia, sino que eres la hija de alguien, la nieta de alguien, la sobrina de alguien… y ahora también somos las madres de alguien”, revela. Su lucha, igual que la de muchas de las mujeres de su entorno inmediato, es la de acabar con el estigma que sigue asociado a la homosexualidad rural, especialmente la femenina, y que no es necesariamente peor que en la ciudad. Porque, como recuerda, pensar que por ser lesbiana en un entorno rural lo vas a tener más difícil que en el urbano, es una manera de perpetuar las dificultades. En sus palabras, “vivir la vida pensando que va a ser un drama lo va a hacer aún peor, hay que eliminar el estigma y mostrar que aunque hay situaciones discriminatorias, también hay historias positivas”.
FUENTE: Con información de HÉCTOR G. BARNÉS - El Confidencial