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jueves, 9 de mayo de 2019

(España) El nuevo negocio de los okupas: toman un edificio nuevo y despluman al promotor

Los okupas han dado con la tecla definitiva para extorsionar a los propietarios: asaltar edificios nuevos o recién rehabilitados días antes de la entrega de llaves. Así se aseguran de que el promotor de la obra les pagará lo que ellos pidan para largarse. No hacerlo significaría la ruina del empresario, ya que tendría que cancelar la venta de todas las viviendas e iniciar un largo proceso judicial para expulsar a los okupas. Un negocio redondo del que algunas bandas ya han empezado a sacar provecho. Esta semana, dos casos simultáneos en Palma y Barcelona hacían saltar las alarmas.

"No nos lo podíamos creer, habíamos puesto los contadores de luz el viernes y el domingo nos dijeron que habían okupado todo el edificio", relata Carlos Pradas, aparejador de Promociones Perelló, de Palma de Mallorca. "Llegamos allí y vemos que los cuatro pisos [una promoción de viviendas de alto nivel] están ocupados. En uno nos encontramos a un mendigo que habían sacado del Refugi [un albergue social], en otro a un chaval de 18 años que llevaba un 'globo' tremendo, y en los otros varias personas de etnia gitana. Estaba claro que ninguno de ellos había entrado para quedarse a vivir y tampoco eran los cabecillas. Son gente a quienes las bandas pagan un dinero por meterse en la casa y atrincherarse hasta que se cobre la extorsión".

Juan Perelló, gerente de la promotora, acudió el lunes por la mañana a su edificio en la calle Emili Darder junto a dos agentes de la Policía Nacional. Los agentes pidieron los DNI, tomaron algunos datos y le dijeron al promotor que, sintiéndolo mucho, no podían expulsar a los inesperados inquilinos. Simplemente preguntaron a los del primer y tercer piso si se querían marchar. Ellos dijeron que no y asunto zanjado.

Perelló se acercó a la comisaría a interponer una denuncia, pero sabía que no le quedaba otra: si no pagaba el dinero que le exigían, adiós a la entrega de llaves programada para una semana más tarde y adiós a la venta, de la cual ya había cobrado un 30%. Hasta su misma empresa se podía ir al garete. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de DAVID BRUNAT - El Confidencial

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