La nueva planta, situada en la sede del Centro de Inmunoensayo (CIE), en el oeste de La Habana, es una transferencia tecnológica de la compañía china Changsha SINOCARE Inc., que contribuirá al autocontrol de la diabetes en unos 800.000 cubanos, dijo la jefa de la fábrica, Idalmelis del Castillo.
En Cuba hay unos 800.000 diabéticos, pero las autoridades sanitarias estiman que esa cifra es superior, por existir 1 por ciento de personas que desconocen estar enfermos.
La planta tendrá una capacidad productiva anual de 20 millones de tiras reactivas que se usan en el glucómetro para develar los niveles reales de glucosa en sangre.
Se estima que los volúmenes productivos aumentarán progresivamente hasta 100 millones de unidades, cuando se exploten todas las capacidades y se pueda implantar el doble turno de trabajo.
Esos biosensores están registrados por el Centro Estatal de Control de la Calidad de los Medicamentos (Cecmed), que es la autoridad reguladora de Cuba.
Esta institución se encarga, además, de promover y proteger la salud pública a través de un sistema que garantiza el acceso oportuno al mercado de productos con calidad, seguridad, eficacia e información veraz.
La inversión para la construcción de la fábrica se inició en 2009, cuando comenzó la remodelación de los locales que existían para adecuarlos a los requerimientos tecnológicos que demanda la planta.
Del Castillo aseguró que el CIE concibió el proceso de modo sostenible desde su concepción, pues cada fase respetó estrictamente las normas que se establecen en las inversiones, las cuales tienen que armonizar con el medio ambiente.
El 80 por ciento del espacio de la planta está conformado por las llamadas Salas blancas, clase D, las cuales garantizan parámetros de calidad relativos a las cualidades asépticas que se requieren durante el proceso.
Se prevé que los glucómetros que hoy se fabrican en China, con la marca SUMA, puedan hacerse en la Zona Especial de Desarrollo Mariel en un futuro no lejano, gracias a una producción mixta entre el CIE y SINOCARE Inc.
Para concretar ese proyecto, en Mariel, unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, se construirá una planta que superará en extensión y tecnología, en cerca de cinco veces.
El Sistema de Control de la Glucosa SumaSensor, producido en la citada planta, es un estuche que contiene un equipo de medición o glucómetro, tiras de reacción, puncionador y lancetas, estas últimas para el pinchazo apenas perceptible en el dedo.
Un diabético dependiente de la insulina necesita utilizar como promedio diario entre tres y cuatro biosensores para determinar los niveles de glucosa en sangre.
El costo de la decena de biosensores en el mercado internacional oscila entre 1 y 1,5 dólares, en dependencia de la empresa productora.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay más de 347 millones de personas que padecen diabetes, una enfermedad que en 2030 puede llegar a ser la séptima causa de muerte en el planeta. F
FUENTE: Xinhua - http://spanish.china.org.cn |