Albert Rivera anunció este martes en el Congreso de los Diputados que Ciudadanos pondrá encima de la mesa seis condiciones de regeneración democrática para iniciar una negociación con el Partido Popular de cara a desbloquear la investidura de Mariano Rajoy. Si los conservadores deciden suscribir este preacuerdo, la formación de centro empezará a negociar reformas programáticas que podrían cambiar el sentido del voto de los 32 diputados naranjas hacia el sí. El dirigente barcelonés aseguró en todo caso que solo abrirá una negociación con un candidato a la presidencia que ponga "fecha y hora para la investidura". El líder de centro envió al jefe de Génova el documento con las seis condiciones para que lo analice antes de la reunión que mantendrán mañana por la mañana en la Cámara Baja. Los seis puntos en cuestión, que el líder de centro definió como "el talón de Aquiles" del Gobierno en funciones, son los siguientes: el compromiso de que ningún imputado por corrupción política esté sentado en un escaño u ocupe un cargo público, la eliminación de aforamientos, una nueva ley electoral -que comprenda listas abiertas y garantice que cada voto valga lo mismo-, el fin de los indultos por corrupción política, establecer una limitación de mandato a la presidencia del Gobierno de un máximo de ocho años y poner en marcha iniciativas de transparencia, como la creación de una comisión de investigación parlamentaria para que casos como el de los papeles de Bárcenas se investiguen en las instituciones.
El líder de Ciudadanos hizo el anuncio esta tarde en un clima de altísima expectación por parte de la prensa, ya que su intervención se produjo horas después de reunir a la ejecutiva nacional naranja sin previa convocatoria a los medios de comunicación. Precisamente los miembros de la cúpula naranja abordaron hoy esta decisión ante el "preocupante bloqueo" político e institucional en España. El jefe centrista aseguró que “las circunstancias requieren” un paso así, ya que “los españoles no tienen más tiempo” después de que hace 274 días se convocaran las primeras elecciones el 20-D.
Rivera sacó pecho por los esfuerzos realizados por su partido para desbloquear la situación entonces, “intentando negociar con el candidato propuesto por el Rey” -en referencia al acuerdo a que llegó con Pedro Sánchez-, pese a que “el señor Rajoy y el señor Iglesias acabaron con el intento”. El dirigente centrista insistió en que “ni en diciembre ni en junio los españoles se equivocaron al votar” y concluyó que “España tiene que tener Gobierno, tiene que tener cambios y diálogo”. Precisamente para ello, su partido exigirá a los populares que asuman esas seis condiciones para después negociar el apoyo de sus 32 diputados.
En caso de que Rajoy consiguiera el total de 169 escaños -o 170, si la diputada Ana Oramas se añadiera-, la abstención de los socialistas estaría más cerca. Si bien es cierto que el apoyo de Ciudadanos no garantiza la mayoría necesaria para que el candidato popular resulte investido, como reconocen fuentes del PSOE, el partido encabezado por Pedro Sánchez sentiría verdaderamente la presión si Rivera y los suyos le dieran el sí al jefe de Génova. Solo entonces los socialistas abrirían un debate interno y se replantearían la abstención en la investidura.
Arropado por la mayor parte de los miembros de su ejecutiva nacional en el Escritorio del Congreso de los Diputados -dependencia donde los dirigentes realizan declaraciones institucionales y donde comparece también la presidenta de la Cámara Baja-, y con una bandera española y otra de la Unión Europea en el plano de su imagen, Rivera reconoció que tras la reunión entre Rajoy y Pedro Sánchez la pasada semana constató que con el PSOE, “a día de hoy, no se puede contar para asuntos de Estado”. Rivera reprochó a ambos mandatarios que de aquella cita “salieran con las manos vacías” en vez de aportar “las soluciones que la mayoría de españoles esperaban”.
A partir de esa conclusión, aseguró el líder de centro, solo quedó en el imaginario político lo que Ciudadanos llama “el plan B”, que sería permitir poner en marcha un Gobierno en minoría del partido que ganó las elecciones (el plan A pasaba por un pacto de los llamados partidos constitucionalistas, que aglutinaría los escaños de PP, PSOE y C’s). El líder de Ciudadanos aseguró que la situación actual pone de manifiesto “el fracaso de la vieja política”, y dado que “es importante frenar el desafío secesionista, como también es importante tener unos Presupuestos y cumplir con la senda de déficit que marca Bruselas o reformar todo lo que esperan los españoles”, el partido de centro planteó esos seis puntos, “ya asumidos en otros sitios, como en la Comunidad de Madrid”, para poner en marcha el país y acabar con el bloqueo.
FUENTE: Paloma Esteban - http://www.elconfidencial.com
