En diciembre del año pasado, por petición del abogado de ‘los Comba’, una fiscal de la Unidad de Lavado y Extinción de Dominio viajó a Nueva York y escuchó la propuesta. Los narcos se comprometieron a entregar millonarios bienes que les quedan en Colombia y están a nombre de testaferros, pero a cambio pretenden que la Fiscalía permita que algunas propiedades que están a nombre de su mamá y hermana puedan quedar a salvo de la persecución judicial, para que ellas tengan un ingreso para mantenerse.
‘Los Comba’ aseguran que los bienes no se compraron con plata ilegal. La Fiscalía tiene abierto un proceso para extinguir el dominio de valiosas propiedades de los Calle en varias regiones.
‘Los Comba’, que según las autoridades de los EE. UU. amasaron una fortuna superior al billón de pesos, entregaron los nombres y hasta las cédulas de sus testaferros. EL TIEMPO conoció que, incluso, uno de sus hombres de confianza se presentó a la Fiscalía y entregó la ubicación de los bienes que los narcos iban a entregar.
Aunque en principio se habló de 19 propiedades en el Eje Cafetero, Valle y Cesar, luego de tres meses de investigaciones los fiscales lograron identificar 66 predios, avaluados en más de 50.000 millones de pesos, que serán ocupados en los próximos días por el CTI y la Policía.
Siguen negociando
Fuentes de la Fiscalía señalaron que no se ha accedido a la propuesta de ‘los Comba’ y que sería la cúpula del organismo la que tendría que determinar si por colaboración se les pueden conceder beneficios. Entre tanto avanzan los procesos contra los capos y su familia.
‘Los Comba’ han sido protagonistas de primera línea en la violencia en el país durante los últimos 20 años. Javier Enrique se inició como sicario y terminó apoderándose de la organización de su jefe, el capo Wílber Alirio Varela, ‘Jabón’, a quien asesinó en Venezuela. Su brazo armado, ‘los Rastrojos’, que hoy están debilitados por los golpes de las autoridades y la guerra contra ‘los Urabeños’, llegó a tener 1.500 hombres. Ese grupo cometió asesinatos, desplazamiento y corrupción en al menos diez departamentos.
Javier Antonio, por quien había una recompensa de hasta cinco millones de dólares, fue el primero en abandonar la organización para entregarse a la DEA en mayo de 2012. Lo hizo en Aruba y luego fue trasladado a una Corte de Nueva York, que lo requería por tráfico de droga. Cinco meses después, su hermano Luis Enrique se entregó en Panamá.
Los narcos duraron meses negociando su entrega, con la que buscaban penas de menos de 12 años de cárcel y beneficios para sus compañeras e hijos a cambio de delatar rutas, socios y posibles sucesores, así como la entrega de millonarias fortunas.
Nada se volvió a saber de ellos y las negociaciones con la justicia norteamericana son secretas; aún no se conoce si ya fueron condenados. Este diario se comunicó con Rubén Oliva, abogado de los narcos que fue clave en su entrega y quien manifestó que no se refería a temas que aún “están pendientes”.
El lavador del clan
Juan Carlos Calle Serna, uno de los hermanos del clan, fue capturado en Ecuador en marzo de 2012 y deportado a Colombia.
Las autoridades lo señalan de ser el encargado de ‘lavar’ la plata de la organización.
En enero, este diario reveló que había pedido la casa por cárcel. Finalmente, el juez negó su solicitud para que lo enviaran a un lujoso condominio de la sabana de Bogotá. Un Juez de Ibagué estudia actualmente otro recurso para que le den permisos de salida por 72 horas.
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