Los policías fueron “encargados de combatir el crimen” pero “en cambio usaron sus insignias y pistolas para hacer lo opuesto: cometer crímenes, poner vidas en peligro y robar propiedad bajo el velo de la autoridad policial”, dijo la fiscal Leslie Caldwell, citada en un comunicado.
Según la acusación, los uniformados instalaban puestos de control o entraban a los hogares de presuntos delincuentes para robar dinero y drogas, usando sus armas de reglamento y equipos oficiales.
Además sembraban evidencias para realizar falsos arrestos y luego manipulaban evidencias y documentos para lograr la liberación de sus víctimas bajo extorsión.
“Los oficiales también vendieron y distribuyeron drogas al por mayor”, indicó el comunicado.
Dos de los acusados, José Flores Villalongo y Carlos Candelario Santiago, tenían rango de sargentos de la Policía de Puerto Rico, y el resto eran oficiales.
FUENTE: TeleSUR |