
La llegada masiva de familias que huyen de la miseria y la violencia de Centroamérica está desbordando un sistema de acogida que no está preparado para este volumen de personas, especialmente de tantos niños. La Administración estadounidense asegura que la frontera se encuentra al borde del colapso, convirtiendo en centros de detención improvisados lo que no son más que comisarías. El atasco se suma al fuerte discurso antimigratorio del presidente, que desde que se lanzó a la carrera a la Casa Blanca hace cuatro años ha hecho de la guerra a los indocumentados una de sus grandes banderas electorales.
"Nuestra Patrulla Fronteriza no la forman trabajadores de hospital, médicos o enfermeras. El problema son las leyes migratorias de los demócratas, que podrían arreglarse fácilmente. Gran trabajo de la patrulla, sobre todo. Muchos de esos inmigrantes ilegales están viviendo mucho mejor ahora que en el sitio de donde vienen, y en condiciones más seguras", añadió el republicano en un segundo mensaje. "Digan a los migrantes que vengan de forma legal —remachó—, y con suerte, a través de un sistema basado en el mérito". ->>Vea más...
FUENTE: Con información de AMANDA MARS - El País