Carlos Vargas, quien preside la fundación explicó que junto con organizaciones y al Gobierno central "realizamos los llamados rescates extremos porque los niños están en condiciones finales".
"El mes pasado (junio) bajé a una niña de 15 años que pesaba 8,6 kilos y a otra de 14 que sólo pesaba 6,8 kilogramos", señaló Vargas.
Asimismo, comentó que la semana pasada "se me murieron dos; bajé a una niña de dos meses que no pesaba ni un kilo, pero se me murió. Llegué tarde (...) Hay ocasiones en que llegamos tarde".
Activistas de Esperanza de Vida afirmaron que cada vez que suben a las montañas del llamado corredor seco, como se conoce a la zona oriental guatemalteca porque padece una intensa sequía que arruinó la agricultura, encuentran "muchos, muchos niños desnutridos".
Recientemente, encontraron en una comunidad de Chiquimula a dos adolescentes que pesaban menos de siete kilos, recordó Vargas.
Este año "hemos rescatado a 520, pero creemos que puede haber mil más en las montañas”, aseguró Vargas. “Esta es la peor emergencia que ha vivido Guatemala”, sentenció.
Según la fundación, la crisis alimentaria, las sequías y el desempleo han agravado la mortalidad infantil. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que esta situación se ha prolongado desde 2008 y se intensificó desde 2010.
La sequía por cambio climático, así como el incremento internacional en el precio de los granos hacen que siga siendo difícil la asistencia a las familias con hambre.
| FUENTE: TeleSUR - http://www.aporrea.org |
