En su programa sabatino de radio, Cipriani criticó a los dirigentes por haber permitido que el silbato sea un elemento sin calificaciones como Loustau, "un sinvergüenza" por haber permitido el juego violento y provocador al que apelaron los charrúas ante el dominio de los locales, que perdieron 1-2.
El arzobispo de Lima, quien en su juventud fue combativo capitán de la selección peruana de baloncesto, criticó también a los jugadores porque "les faltó actitud" para hacerse respetar, pues los visitantes "nos pegaron y nos ganaron".
Por su parte, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga, criticó a la Comisión de Árbitros de la Confederación Suramericana de Fútbol por haber escogido para el juego a Loustau, un silbato sin la experiencia requerida para un juego tan importante.
Anunció que pedirá al árbitro peruano Alberto Tejada, miembro de la comisión de árbitros de la confederación, que renuncie porque Perú no quiere participar más en esa instancia.
Las críticas al juez, acusado de haber dejado impune un golpe descalificador del uruguayo Lugano al peruano Guerraro y haber expulsado al local Cruzado por una infracción menor, fueron minimizadas por el capitán de Perú, Claudio Pizarro.
El veterano delantero enfocó sus críticas en el hecho de haber caído sus compañeros en las provocaciones celestes, sabiendo que estas se producirían.
De otro lado, diversos medios de prensa censuran hoy la actitud de un grupo de fanáticos exaltados que abuchearon y hostilizaron tras el partido al presidente Ollanta Humala.
Los hinchas le exigían destituir a Burga como titular del fútbol peruano por ser responsable del declive del balompié local, pero el gobierno no puede cesarlo porque la Federación Internacional de Fútbol no acepta la intervención oficial en las organizaciones nacionales de balompié.
| FUENTE: Prensa Latina |
