“Una vez que el contenedor ha llegado a su puerto destino, antes de ser despachado, los miembros de la organización criminal retiran la mercancía ilegal con complicidad de malos funcionarios y empleados portuarios”, afirma un oficial de inteligencia de la Dirandro.
El comandante Anderson Reyes, experto en temas de narcotráfico, sostiene que de los 800 o 1,000 contenedores que puede transportar una embarcación, solo el 5 y a veces el 10 por ciento se afora.
“El resto es escaneado, pero el problema es que los rayos X no siempre llegan al centro de la carga”, manifiesta con tono de preocupación.
El 'gancho ciego'
Una de las modalidades, explica, consiste en esconder el narcótico en los contenedores de gran capacidad. Estos son elegidos porque tienen dos puertas externas para acceder al interior.
“Los mafiosos sacan los tornillos de las tapas, las retiran, guardan la droga y después dejan todo en orden”, explicó Gilberto Marticorena, especialista en cargas aduaneras.
Con el ‘gancho ciego’, se mete la droga en el contenedor sin el conocimiento del consignatario, remitente o destinatario. Una vez que llega al puerto, esta se descarga.
Uno de los casos que se presentó en el que se violentaron los sellos de seguridad colocados en un contenedor ocurrió en mayo del año pasado en Paita donde se descubrió 1,686 kilos de clorhidrato de cocaína.
El cargamento de droga iba a ser embarcado a Bélgica como si fueran bananas inorgánicas.
Los traficantes reemplazaron el vegetal por ‘ladrillos’ de cocaína. Los candados fueron violentados y después unidos con pegamento.
‘Clonan’ los sellos
Hay otros más ‘meticulosos’ que se encargan de clonar los sellos, para evitar que las autoridades se percaten de que fueron forzados. Ocurrió con el reciente hallazgo de casi 4 toneladas de cocaína mezclados con un cargamento de pota congelada.
Un jefe operativo de antinarcóticos enfatizó que los narcotraficantes eligen los cargamentos de compañías vulnerables para transportar la droga.
Francia, nueva ruta preferida
En un procedimiento realizado el lunes último en el puerto francés de Havre, fueron decomisados 433 kilos de cocaína, ocultos en contenedores procedentes de Perú y Colombia. La droga estaba valorizada en 28 millones de euros.
En Lima, entre tanto, agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) investigan si estos envíos tienen relación con los cargamentos de estupefaciente recientemente incautados en el puerto peruano de Paita (4 toneladas) y en Francia (1.3 toneladas) transportados desde Venezuela.
FUENTE: Óscar Chumpitaz - http://www.larepublica.pe |