Rousseff quiere evitar posibles disturbios o que su presencia motive silbatinas del público en la fiesta inaugural y en el primer partido entre Brasil y Croacia. En su lugar hará acto de presencia el ministro de Deportes Aldo Rebelo.
San Pablo es una de las ciudades de Brasil donde las protestas sociales contra el Mundial siguen con mucha fuerza: una huelga en el subte paraliza la ciudad desde la semana pasada y hubo nuevos enfrentamientos entre policías y manifestantes.
Además, Rousseff le pidió a los brasileños que reciban a los visitantes de todo el mundo de manera "calurosa y respetuosa".
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