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lunes, 22 de septiembre de 2014

(Colombia) La vida de lujo del 'Monstruo del Catatumbo' en Panamá

Un fallo de tutela del Consejo de Estado le permitió en el 2008 al exjefe paramilitar Armando Alberto Pérez Betancourt robar la identidad de una de sus víctimas y emprender su huida por Venezuela y Panamá. En este último país acaba de ser capturado para que responda por al menos 5.200 asesinatos en Norte de Santander, donde se le conoce como el ‘Monstruo del Catatumbo’.

La historia de este hombre, un capitán retirado del Ejército conocido como ‘Camilo’, no solo está marcada por la macabra estrategia que montó en el Catatumbo, donde instaló centros de tortura, hornos crematorios y cementerios clandestinos en fincas robadas por las Auc. También era reconocido por su capacidad para la corrupción, que le valió para evadir a la justicia por ocho años, manteniendo una vida llena de lujos.

Alias Camilo, quien desde hace tres semanas está preso en una cárcel del país, dice que pagó 15 millones de pesos para que en la Registraduría anularan su cédula y pusieran sus huellas y foto en los registros de José Ignacio Álvarez Díaz, quien según la Policía habría sido una de sus víctimas: en los registros aparece que murió el 26 de julio del 2006.

Para esa época (dos años después de su desmovilización) huyó de la zona de Santa Fe de Ralito cuando apenas empezaba a confesar sus crímenes en Justicia y Paz, donde alcanzó a hablar de 17 homicidios, de más de 5.200 en los que participaron sus ‘paras’. Las autoridades dicen que huyó con Vicente Castaño y los ‘Mellizos’, Víctor Manuel y Miguel Ángel Mejía Múnera, y que con ellos montó primero la banda de los ‘Nevados’, en la Sierra Nevada de Santa Marta, para seguir traficando coca.

Al mismo tiempo, trabajaba en legalizar su nueva identidad. En el 2007, alias Camilo tramitó ante la Registraduría de Santo Tomás, Atlántico, su nueva cédula, que le negaron porque José Álvarez aparecía como muerto.

Emprendió una estrategia jurídica que llegó hasta el Consejo de Estado, que en agosto del 2008 le concedió la tutela con la que argumentaba que le estaban violando todos sus derechos al negarle la identidad.

Con nuevo nombre y ante la caída de los ‘Mellizos’, ‘Camilo’ decidió refugiarse en Venezuela. Según dijo despues de su captura en la ciudad de Veraguas, en Panamá, se fue al Estado Zulia con Vicente Castaño. Dijo que las extorsiones de la guardia venezolana llegaron a tal punto que optaron por salir de Venezuela. Castaño regresó a Colombia y habría sido asesinado por sus socios de la mafia en Antioquia, mientras el militar, que fue segundo de Salvatore Mancuso en el Catatumbo, decidió probar suerte en Panamá, aunque primero pensó en Guatemala. Así, en el 2010 se radicó con su esposa y sus tres hijos en la ciudad de Veraguas.

La pista de ‘Monoleche’

El Ministerio de Seguridad Pública de Panamá estableció que, firmando como José Ignacio Álvarez Díaz, el jefe ‘para’ compró un hotel y un restaurante de comida turca en Ciudad de Panamá y cuatro fincas y una lujosa casa quinta en Veraguas.

“Sus hijos tenían chofer y él se presentaba como un empresario dedicado a la construcción, pero nunca realizó una obra”, dice uno de los investigadores de Inteligencia de la Policía que lograron la ubicación del hombre que llenó de fosas el Catatumbo.

Fue eso, precisamente, lo que llamó la atención de las autoridades panameñas. El supuesto empresario no ejercía actividad económica alguna y, sin embargo, su tren de lujos no bajaba. En realidad estaba usando la plata que cosechó como uno de los principales narcos del Catatumbo entre 1999 y el 2004.

Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar, que trabaja por los derechos humanos en Norte de Santander, dice que en esos años las Auc impusieron su ley en 35 de los 40 municipios de Norte de Santander y se apoderaron de cultivos y laboratorios en la frontera con Venezuela.

Llamadas y cartas

Hasta marzo de este año, el paradero de ‘Camilo’ era todo un misterio y en Justicia y Paz, que el año pasado lo dejó de citar a versiones libres, pocos lo mencionaban.

Pero la Policía lo tenía en la lista de esos jefes paramilitares que escaparon de Ralito y que tienen cuentas pendientes. En los seguimientos a otro exjefe ‘para’ señalado de seguir delinquiendo, ‘Monoleche’, los investigadores detectaron varias visitas de un hombre llamado Didier.

‘Monoleche’ es uno de los paramilitares más cercanos a la casa Castaño y fue quién ayudó a ubicar los restos de Carlos Castaño y Fidel Castaño. Cuando se preparaba para quedar en libertad, la Fiscalía pidió expulsarlo de Justicia y Paz por el asesinato de los hermanos Juan Fernando y Diego Andrés Vélez, en Planeta Rica (Córdoba), en el 2007, y de Luis Fernando Claros Guerra, en enero del 2011. Él era el contador de Vicente Castaño Gil.

Con interceptaciones legalizadas ante un juez, la Policía logró establecer que ‘Didier’ era quien manejaba las propiedades escondidas de ‘Monoleche’ en Bogotá y Tenjo (Cundinamarca), la Costa y Medellín. Y en las llamadas apareció la pista de una persona a la que llamaban ‘el Viejo’. Ese era uno de los alias del capitán Pérez Betancourt.

‘Didier’ está señalado hoy de enviar ‘mulas’ del narcotráfico a España y Panamá. Varias cartas que el hombre recibió desde este último país dieron las últimas pistas: resultó ser hermano de la esposa de ‘Camilo’ y también testaferro del jefe ‘para’ fugado.

La jugada del cambio de cédula despistó a los investigadores. Pero finalmente se logró armar un dossier plenamente identificado, que fue avalado por Interpol con la expedición de una circular roja, la orden de captura internacional.

Era mediados de agosto y la Policía preparaba, junto con las autoridades de Panamá, el operativo de la captura. Al tiempo, en Italia, la Dijín coordinaba la detención de otro de los protagonistas del horror que marcó el Catatumbo. En Imperia fue capturado Doménico Mancuso, primo del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso.

A finales del mes pasado, ‘Camilo’ fue capturado en un reconocido almacén en Veraguas, cuando compraba zapatos para sus tres hijos. Por horas negó ser el capitán Pérez Betancourt, pero finalmente se rindió ante las evidencias en su contra.

Wilfredo Cañizares, que con su ONG ha reconstruido la historia del conflicto en Norte de Santander, dice que con la captura de ‘Camilo’ y de Doménico Mancuso, quien permanece preso en Italia, se cierra un capítulo, el de la persecución de los victimarios, pero se abre otro: el de la verdad de sus nexos con autoridades políticas y militares de la región.

Las víctimas están a la espera de que se sepa cómo ‘Camilo’ huyó de una cárcel militar, a mediados de los 90, cuando era procesado por un ‘falso positivo’, y si en verdad los Castaño le financiaron la carrera como oficial del Ejército, como aseguran algunos ex-Auc.

También, cómo surgió su cercanía con la casa Castaño y quién lo entrenó en la llamada escuela Acuarela, en Urabá, donde los paramilitares practicaban las técnicas de tortura que luego replicó en las fincas del horror en el Catatumbo.

Pero sobre todo, esperan la verdad de la muerte de centenares de personas. “Era macabro. En un retén podía pegarle un tiro a una persona en la cabeza porque, según decía, tenía apariencia de guerrillero”, dice Cañizares.

Hoy, ‘Camilo’ espera que la Fiscalía lo llame para que empiece a declarar sus secretos de lo que fue el paramilitarismo. Aunque su defensa apunta a conseguirle un cupo en Justicia y Paz, para aspirar a una pena menor, la fuga de hace 8 años le valdría pasar al menos 40 en prisión por todos sus crímenes.

Así va extradición del primo de Mancuso

La Policía, tras una investigación con Fiscalía, Registraduría y las autoridades italianas, estableció que Doménico Mancuso, el primo del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, no es un ciudadano italiano. En los registros aparece que nació en Colombia, y por eso Italia accedería a entregarlo por sus crímenes en el Catatumbo.

FUENTE: http://www.eltiempo.com

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