
Asomado en la Casa Rosada, Macri empezó a soltarse jugando a la posibilidad de caer en uno de sus clásicos, el típico "bailecito" ganador.
"Qué baile, qué baile" le comenzó a pedir el público, mientras que el presidente se hacía el difícil. "Con la banda no puedo. Además le prometí a Bachelet que bailaría con ella, tendría que ir a buscarla", siguió.
Pero casi que ni hubo que repetir el pedido porque al minuto estaba contoneándose con movimientos de dudosa destreza aunque largamente festejados por la gente.
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