Un tándem perfecto para crear el grupo Deluz, con 11 establecimientos entre Madrid y Santander que se sustenta en dos pilares: la integración social -de los 180 empleados, el 25% venían del ámbito del riesgo de la exclusión social- y el cuidado al pequeño productor.
Carlos habla desde La Vaquería Montañesa, último restaurante abierto con el que quiere poner punto y final a las nuevas aperturas. Ahora su objetivo es exportar su modelo y su forma ver el mundo a través de la consultoría y demostrar que ser solidario y ganar dinero cuidando a la gente es posible. “Cuando nos planteamos montar el primer restaurante pensamos que si no ayudábamos a mejorar este mundo, no tenía sentido”.
El primer restaurante del grupo abrió sus puertas en 2006 en Santander, en pleno ‘boom’ económico. Montaron una pequeña escuela de hostelería “porque ponías un anuncio para trabajar y no venía nadie”. Durante 40 días estuvieron enseñando a sus empleados el arte de cocinar o servir. Entre ellos, personas en riesgo de exclusión social respaldadas por asociaciones de Cantabria que también ejercían un pequeño tutelaje.
Doce años después, el 25% de sus trabajadores son chavales de familias desestructuradas, inmigrantes, desempleados de más de 45 años… “Hay muy buena energía en el equipo porque cualquier persona se puede incorporar aquí independientemente de su pasado, de dónde venga, qué ha hecho. Después de la crisis hemos contratado a personas de 45 e incluso de 60 años que no les llamaban para ninguna entrevista”. ->>Continuar leyendo...
FUENTE: Con información de Ángela Sepúlveda - https://brands.elconfidencial.com ->> Ir