Cuando se desagregan estas cifras de acuerdo a sus principales componentes, se observa que los líderes del crecimiento son Transporte y comunicaciones con un 24.3%, Inmuebles y servicios a empresas con 14.8% y el Comercio con un 14.4%.
Al revisar la tendencia de crecimiento de algunos sectores del PIB en este período, se observa que el sector de transporte y comunicaciones muestra un alto crecimiento promedio del 13%, seguido de hoteles y restaurantes con un crecimiento del 7.1% y en tercer lugar el sector del comercio que creció en este periodo un promedio del 6.6%.
Sin embargo, cuando se revisan las cifras de crecimiento promedio de los sectores que están llamados a garantizar nuestra alimentación, se nota en el sector agropecuario una grave disminución en el promedio de su crecimiento del -1.3 % en tanto que la pesca muestra una cifra peor aún con un -9.8%.
¿ES TODO POSITIVO DENTRO DE UN CRECIMIENTO ECONÓMICO TAN EXTRAORDINARIO?
Cuando se comparan las cifras de crecimiento del PIB con las del Índice de Precios al Consumidor en los últimos años, se puede observar que altos niveles de crecimiento traen aparejados igualmente altos niveles de inflación.
Es fácil ver que luego de alcanzar ambas variables un 2.4% en el 2008, el PIB del 2010 y el primer semestre del 2011 creció 7.6% y 10.3%, mientras que para el 2010 el IPC se elevó al 3.5% y hasta octubre de este año ya se ha alcanzado un grave 6.1% de crecimiento.
Y nos preguntamos nuevamente ¿por qué habría de preocuparnos esto si con tanto crecimiento se supone que la población está recibiendo beneficios que le permitiría afrontar este crecimiento generalizado en el nivel de precios de los artículos que requiere para su subsistencia?. Con respecto a esta situación hay que recordar que nuestro país ostenta el tristemente célebre reconocimiento de ser uno de los países con peor distribución del ingreso.
De acuerdo a la encuesta de hogares realizada por el INEC en el año 2009, el 20% de la población de menores ingresos recibía apenas el 5.1% del ingreso total en tanto que el 20% de la población de mayores ingresos recibía el 48.5%.
De acuerdo a estas cifras entonces es fácil imaginar quién están recibiendo la mayor parte del beneficio del crecimiento económico, y quién está pagando el incremento de la inflación consecuente. Es importante señalar que si bien de acuerdo al MEF, los porcentajes de pobreza en nuestro país han disminuido, todavía el 29% de los panameños sigue siendo pobre, mientras que el 11.4% vive en niveles de indigencia.
El Gobierno Nacional señala con orgullo de acuerdo a las cifras oficiales, que con una cifra del 4.5% de desocupación, nuestro país ha alcanzado técnicamente el pleno empleo, creándose una visión de que casi todos los panameños tienen garantizada su subsistencia y por lo tanto se pueden abrir de par en par las puertas de inmigración a mano de obra extranjera como en efecto se está haciendo.
Esta visión no refleja toda la realidad de la ocupación en nuestro país, ya que por una parte, del total de la población ocupada, aproximadamente el 41.1% lo está haciendo de manera informal (en buen panameño haciendo camarones) y por otra parte la población ocupada que realiza las labores que encuentra, independientemente de su preparación profesional, ha crecido del 11% en el 2008 al 14.7% en el 2010.
PERSPECTIVAS PARA EL 2012
De acuerdo a los principales análisis económicos a nivel internacional, la República de Panamá se encamina a liderar las tasas de crecimiento económico en América Latina durante el año 2012.
Nuestro país cuenta con todas las condiciones para crecer de manera sostenida en los próximos años, sin embargo tomando en cuenta que aproximadamente el 30% de nuestra economía depende del comercio internacional, es importante analizar el comportamiento de la situación económica que enfrentan tanto los Estados Unidos de América (nuestro principal socio comercial) como las economías europeas.
Según el FMI, las perspectivas de la economía mundial son ahora más inciertas que sus estimaciones anteriores, mientras que la OMC señala que las perspectivas para la economía global son sombrías e inciertas de manera creciente.
Tomado en cuenta el buen desempeño mostrado por nuestro país durante la pasada crisis económica internacional valdría la pena analizar algunos de los factores que nos permitieron enfrentar la misma y como estamos en la actualidad para minimizar en lo posible las afectaciones de una nueva crisis.
En primer lugar la existencia de un centro bancario sólido y con prácticas de supervisión y control por encima de los parámetros internacionales hizo que nuestro país pudiera seguir sustentando el desempeño de nuestra economía.
En la actualidad, aún cuando el sistema sigue siendo sólido, existen ciertos retos que pudieran disminuir su capacidad de enfrentar otra crisis parecida. En primer lugar el cumplimiento del Foreign Account Tax Compliance Act (FATCA) que establece la retención del 30% sobre pagos (sin importar si existe o no ganancia) de fuente de los EEUU a entidades extranjeras si no certifican la identidad de sus dueños beneficiarios últimos para evitar la evasión tributaria y el cumplimiento de los Tratados de Intercambio de Información Tributaria firmados por el Gobierno Nacional para que nuestro país sea excluido de las llamadas listas negras, han de requerir importantes ajustes importantes en la forma de operación de nuestros bancos.
Finalmente el anuncio hecho en el sentido de la inminente reforma al régimen de sociedades anónimas se convierte en ‘la joya de la corona’ de aquellos que siempre buscaron la apertura de este nuestro centro bancario.
Al revisar el tema de la fortaleza fiscal, se observa que a pesar que con las reformas tributarias implementadas por el actual gobierno se han generado recursos a niveles impresionantes, tanto el ambicioso ritmo de incremento de las inversiones públicas como los mecanismos de contratación y ejecución de las mismas (contrataciones directas, proyectos llave en mano y la Asociación Pública Privada), generan niveles razonables de preocupación sobre la capacidad de enfrentar los compromisos que se van adquiriendo.
Se hace necesario que el Gobierno en primer lugar diseñe esquemas alternativos de funcionamiento y de inversión que permitan disminuir las afectaciones de una inminente crisis económica internacional y en segundo lugar que las inversiones públicas se manejen con los niveles de prudencia, transparencia y racionalidad que permitan por una parte disminuir sus costos y por la otra, que no se afecte la capacidad de nuestros país de enfrentar sus compromisos financieros.
Finalmente es importante aclarar que hubiera sido fácil mostrar en este artículo la cara bonita del crecimiento económico de nuestro país tal como lo ha estado haciendo de manera lógica y exitosa el Gobierno, sin embargo consideramos que si todos nos limitamos a mirar esa cara, correríamos el riesgo de caer en un peligroso nivel de complacencia que no nos permitiría percatarnos que cada día existen miles de panameños y panameñas que tienen que hacer frente al creciente incremento generalizado de precios que afectan su capacidad de satisfacer sus necesidades con los poco o ningunos recursos con que pudieran contar, haciendo que muchos de ellos estén hoy por hoy literalmente pasando hambre, esa es la otra cara del crecimiento que tenemos pendiente por enfrentar.
FUENTE: RAÚL MOREIRA - http://www.laestrella.com.pa
