La alianza es tan fuerte, que el cordón umbilical no se rompió con el asesinato del jefe de “los Zetas”, al contrario, dejó al frente del negocio a un personaje peor, con el corazón oscurecido por esa “santa”.
Validando su nuevo título de patrón, Miguel Ángel Treviño Morales , el “Zeta 40”, ordenó recuperar el cadáver de su antiguo líder Heriberto “el Lazca” Lazcano , abaleado el 7 de octubre por la Fuerza Pública. El día siguiente, un comando irrumpió en la funeraria de Sabinas, México, y usurpó el despojo.
No satisfecho con dejar a las autoridades sin el máximo “trofeo” de la guerra contra el narcotráfico, un día más tarde sus mercenarios agarraron a tiros la casa de un marino que participó en la muerte del jefe. En la residencia de Tabasco solo estaba su hermana, a quien un proyectil impactó en el rostro.
“Los Zetas” es una de las 10 estructuras que siembran el terror en México. Surgieron como brazo armado del cartel del Golfo, conformado por 30 desertores del Grupo de Fuerzas Especiales Móviles Aéreas. Su primer líder fue “el Lazca”.
Aprovechan una frontera común con E.U. de 3.218 kilómetros para introducir cocaína colombiana y peruana, con plataformas de lanzamiento por aire y tierra desde Venezuela y puntos de acopio en Guatemala.
Para el Departamento de Estado, el 90% de la cocaína que consume E.U. transita por México y genera ganancias anuales para los carteles de 13 a 25 billones de dólares. También reparten heroína, marihuana y metanfetaminas procesadas en suelo azteca.
Margarito Miranda , abogado del Centro de DD.HH. Fray Francisco de Vitoria, cuenta que desde que inició la presidencia de Felipe Calderón en 2006, con la doctrina de guerra contra narcos, han muerto unas 92.000 personas, principalmente en Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua y Coahuila.

El Departamento del Tesoro de E.U. considera a “los Zetas”, también llamados “la Letra”, “extremadamente violentos”, y su Gobierno ofrece hasta 5 millones de dólares por sus líderes.
La organización se subdivide en plazas regionales en México, Guatemala y E.U., comandadas por un cabecilla. Treviño se inició como jefe de plaza en Nuevo Laredo, donde nació, y “era el responsable de recolectar los dineros de los expendios de droga”, según la reseña del Departamento de Estado.
Los nexos del “Zeta 40” con los colombianos quedaron expuestos en llamadas interceptadas por la DEA, del 25 de junio al 5 de octubre de 2007. “Miembros de ‘la Compañía’ (así se llamaba antes la alianza del cartel del Golfo y ‘los Zetas’), incluyendo a Miguel Treviño , prepararon la logística en Altamira y Tampico, México, para recibir toneladas de cocaína de Colombia”, dice el indictment N°08-057 del 15/5/09, la acusación ante la Corte del Distrito de Columbia, contra 19 miembros de la banda por narcotráfico.
Un segundo indictment contra “Zeta 40”, por lavado de activos, data del 30/5/12. Según el proceso del Distrito Oeste de Texas, Treviño y varios familiares conspiraron para blanquear activos de la cofradía a través de la manutención y carreras de caballos en E.U. De ser condenado por todos sus crímenes, podría padecer cadena perpetua.
José Ortega , presidente de la ONG mexicana Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia Penal, comenta que, por ahora, el deceso de “el Lazca” no ha generado incremento de la violencia en su nación.
La DEA reveló que dentro de “los Zetas” hay miembros que se oponen al mandato de Treviño. “Es difícil trabajar con él, tiene mal carácter y es capaz de matar a su propia gente”, dijo el hoy condenado Leandro Salas , subordinado del cabecilla.
Uno de sus más recios contrincantes es Iván Velázquez , el “Zeta 50”. Según la Secretaría de Marina, en los últimos meses hubo un reacomodo en “los Zetas”, incluso se rumoró que “el Lazca” estaba enfermo y le cedió poderes a Treviño.
El “Zeta 50”, al parecer, se opuso a la designación y le disputó el reinado en San Luis Potosí, a lo que “Zeta 40” respondió con su sangriento estilo: el pasado 9 de agosto masacraron a 14 secuaces de Velázquez y el 26 de septiembre el rival, ya sin protección, fue arrestado.
Los contactos en Colombia
En Colombia hay siete socios identificados que tendrían negocios con la organización que ahora lidera Treviño.
Uno de los principales, al parecer de la DEA, es el colombolibanés Ayman Joumaa , alias “Junior”, “presunto líder de una red internacional para el tráfico de drogas y lavado, derivado de toneladas de cocaína embarcadas desde Colombia hacia ‘los Zetas’”, indicó dicha agencia en la acusación por narcotráfico y blanqueo de activos ante la Corte del Distrito Este de Virginia.
El fiscal Neil H. McBride explicó que Joumaa, tras lavar las ganancias en México, Europa y África, las regresaba a los proveedores colombianos, rotándolas por cuentas en todo el mundo para evitar su rastreo. Por esa operación, que puede tardar 5 días, cobra la comisión del 8 al 14% de la plata lavada.
El Tesoro lo incluyó este año en la Lista Clinton, congelando sus transacciones comerciales. “Junior”, según este despacho, es un enlace directo entre las mafias de lavado de activos de América con el clan islámico Hezbolá, que al parecer se alimenta de sus ganancias. Para sus trucos emplearía casas de cambio, bancos y hoteles de Líbano, empresas panameñas, sociedades en África, dos importadoras en Venezuela y Barranquilla y una bodega de Maicao.
Entre los proveedores de la droga para “los Zetas”, estaría Gerson “Nono” Álvarez . Su expediente en el Departamento de Estado, que ofrece 5 millones de dólares por él, sugiere que fue la principal fuente de cocaína para el exlíder paramilitar Salvatore Mancuso , y a su vez cabecilla de “los Pepes”, una banda que opera en Norte de Santander y Venezuela, encargada de administrar laboratorios de cocaína y lavar, hasta ahora, cerca de 300 millones de dólares de ese negocio.
Otros surtidores de la mercancía habrían sido los hermanos Ericson y Franklin Vargas Cardona (“Sebas” y “Frank”), presuntos jefes de la banda “la Oficina”, capturados en agosto y febrero, respectivamente.
En la audiencia de garantías del segundo de ellos, la Fiscalía citó a un informante que denunció que el procesado al parecer se valía de “los Zetas” para introducir la mercancía a E.U.: “Transportan cocaína desde las islas Barú (Cartagena), Nuquí y Capurganá (Chocó). Los intermediarios están en Venezuela, Panamá, Guatemala, Honduras y Nicaragua”, sustentó.
Y en el arresto de “Sebas”, la Policía Antinarcóticos informó: “Extendió sus tentáculos a San Andrés, E.U. y Europa, a partir de producción de estupefacientes en Antioquia, Córdoba y el Magdalena Medio, apoyándose en una alianza con ‘los Zetas’”.
Prueba de que a la cofradía mexicana no le importa negociar “con dios y con el diablo” al mismo tiempo, es que también le recibían droga a “Valenciano”, el archienemigo de los hermanos Vargas dentro de “la Oficina”. En su reseña de Maximiliano Bonilla , el Departamento de Estado indicó que este conseguía la mercancía de distintas fuentes, incluyendo a la guerrilla del Eln, y se asociaba con “la Letra” para esparcirla en E.U.
Él fue arrestado en Venezuela y deportado a suelo estadounidense en diciembre, aunque, al igual que en los casos de “Sebas” y Frank”, eso no frenó el flujo comercial hacia México, lo que sugiere que sus estructuras continuaron alimentando la sociedad transnacional.
“Los Urabeños” también tienen pactos con el “Zeta 40” y eso quedó evidenciado en la operación que terminó con la captura en Honduras (19/7/12) del supuesto cabecilla Alexánder Montoya , “el Flaco”. Según la Policía, a través de narcos de ese país había entrado en confianza con los aztecas y en el primer semestre de 2012 les envió 30 toneladas de cocaína.
“Llevaba 3 meses en Honduras y planeaba radicarse en México, donde tenía una alianza con ‘los Zetas’”, dijo el general José León , director de la Policía.
Es justo en la Dirección de esa institución donde se adelanta una investigación contra Ovidio Mesa , “Anderson”, supuesto cabecilla del frente 36 de las Farc. Las pesquisas sugieren que habría establecido contactos con “la Letra” para exportar cocaína, ya que esta estructura, con influencia en Antioquia y Córdoba, es una de las que más comercia con alucinógenos. Por ahora, la Policía lo considera un “articulador del tráfico regional y apoyo al internacional”.
Alfredo Rangel , director del Centro de Seguridad y Democracia de la Universidad Sergio Arboleda, opina que “desde hace 10 años, México es el principal sitio de acopio y de paso de la droga colombiana, al punto que las mafias de allá les imponen las condiciones del negocio a las de aquí, la balanza es cada vez más desventajosa para los colombianos”.
En la sociedad de los clanes mexicanos con los colombianos es importante la intermediación de centroamericanos, que acopian la droga de Suramérica y la impulsan al territorio de Treviño. La banda del guatemalteco Wálter Overdick , “el Tigre”, se encarga de eso.
Hace apenas dos semanas, el Tesoro lo incluyó en la Lista Clinton, catalogándolo como “un enlace crítico en el comercio de drogas entre los productores colombianos y ‘los Zetas’”.
Está en prisión desde el 3 de abril y la Policía local y E.U. lo sindican de facilitar la incursión de aquel mortal grupo en Guatemala, exterminando rivales para consolidar su jerarquía. En mayo de 2011 mataron a 27 personas en un rancho y luego al fiscal que investigaba el caso.
Conexiones narcoculturales
“Santa muerte de mi corazón, bríndame señora tu protección; santa muerte de mi amor, líbrame de cualquier traidor; santa muerte de mi alma, cobíjame con tu calma; santa muerte de mi vida, concédeme lo que te pida; santa muerte de mis pensamientos, no me dejes sin sustento; santa muerte bendita, dame felicidad infinita”.
Esta es la oración que algunos le están haciendo a la “santa muerte” en el centro de Medellín, lo que refleja que los lazos entre narcos de ambos países sobrepasan lo económico. La “deidad” de los capos mexicanos llegó a nuestra ciudad y la mueven de manera clandestina por diferentes recintos de la comuna 10 (La Candelaria).
Así se desprende de una investigación de campo de la corporación Centro Consultoría de Conflicto Urbano (C3). Su director y exasesor de Paz de la Alcaldía, Luis Guillermo Pardo , cuenta que fue importada al país “por alguien de las redes del narcotráfico, es ambulante y solo le rinde culto la ilegalidad, rotándola de sitio en sitio”.
En el contexto criminal mexicano, miembros de los carteles, incluidos “los Zetas”, le encomiendan a este tótem que los proteja de los enemigos.
Pardo precisa que ante la estatuilla de rostro cadavérico se postran delincuentes a pedirle asistencia mística en sus acciones. A su juicio, “esto habla claramente de los nexos entre la ilegalidad de México y la de Medellín, y la ciudad no le ha prestado atención al problema”.
Para rematar, en internet ya existe un sitio autocatalogado como “el primer y único portal en Colombia dedicado al culto de la santísima muerte”, con oraciones, productos y videos.
El paradero del “Zeta 40” y del cadáver de “el Lazca” es un misterio, aunque es seguro que ambos están al abrigo de la “santa muerte”, la misma que ahora guiará los pasos de sus socios en Colombia.
GREGORIO HENRÍQUEZ Analista del conflicto, antropólogo y docente de la U.P.B.
Factores de la violencia en México
“Uno de los componentes que explican el contexto de violencia en México es la cultura machista, donde la venganza y el honor se cobran con sangre, lo dicen sus propios corridos musicales. También encontramos un trasfondo indígena de un grupo humano, que conservó el ideal guerrero de las culturas mesoamericanas. La violencia de ahora tiene origen ancestral, pero se vuelve brutal con el elemento narco, cada cuerpo que aparece desmembrado o colgado, se convierte en un mensaje para los oponentes, a través de ese cuerpo se le da un mensaje de miedo al otro. Además hay carteles con un componente místico religioso, como ‘los Caballeros Templarios’, con un líder mesiánico; hay otros que tienen el culto a la ‘santa muerte’ o se ponen bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe, pero todo llevado a un exceso, hay un sincretismo religioso.
Entre Medellín y México siempre ha existido un conectivo, hay mexicanización de nuestra cultura y a la vez colombianización de la cultura mexicana. Si llegamos a los imaginarios en la parte más fuerte, allá hay una admiración de ilegales por Pablo Escobar, y aquí el capo Gonzalo Rodríguez Gacha se hacía llamar ‘el Mexicano’”.
PARA SABER MÁS
LOS CARTELES Y SUS GUERRAS
En México, “los Zetas” están en guerra contra los carteles de “Sinaloa”, del “Golfo” y “los Caballeros Templarios”.
Otros carteles que generan violencia en aquel país son los de “Tijuana”, “Juárez”, “Jalisco Nueva Generación”, “Milenio”, “Beltrán Leyva” y “la Familia Michoacana”.
Este último surgió como una disidencia de “los Zetas”.
Al igual que esta agrupación, el cartel con más conexiones en Colombia es el de “Sinaloa”, liderado por Joaquín Guzmán Loera, alias “el Chapo”, el más buscado del mundo.
EN DEFINITIVA
Las Farc, “los Urabeños” y “la Oficina” son los principales contactos del cartel de “los Zetas” en Colombia, aunque las conexiones parecen ir más allá de lo económico y se internan en lo cultural.
FUENTE: NELSON MATTA COLORADO - http://www.elcolombiano.com






