La compleja trama financiera y jurídica incluyó el traslado del 31 por ciento del capital del Grupo Arnault, que controla la distribución de más de 60 marcas de lujo a nivel internacional, entre ellas Givenchi, Kenzo, Christian Dior y Dom Pérignon.
En septiembre de 2012 el magnate solicitó la nacionalidad belga y, aunque ya tenía allí parte de sus caudales, negó que se tratase de un intento de evadir los impuestos a las grandes fortunas, previstos para entrar en vigor este año en Francia.
Un reportaje publicado este jueves en el diario Liberación revela los pormenores de esta operación que, según fuentes cercanas al magnate, tenía como propósito proteger la integridad de la empresa y la sucesión de sus herederos en caso de un fallecimiento súbito.
Arnault no ha conseguido la nacionalidad del vecino país, pero su dinero sí, señala la prensa local.
El gobierno belga tiene un sistema fiscal menos fuerte que el francés y varios acaudalados, entre ellos el actor Gerard Depardieu, optaron recientemente por acogerse a esa nacionalidad para evadir sus obligaciones.
| FUENTE: Prensa Latina |
