Pero detrás de la fachada cordial, se encuentra una relación tensa y difícil que se remonta a 2004, poco después de que Néstor Kirchner, antecesor y esposo de la actual presidenta, asumió la presidencia.
En un discurso pronunciado por la presidenta Cristina Fernández, el miércoles en la noche, justo después de que fue anunciada la elección del Papa, un grupo de jóvenes partidarios suyos, silbaron en señal de protesta cuando ella mencionó el nombre del Papa, ellos representan a la izquierda dentro del kirchnerismo y repudian la presunta participación del ex Cardenal, en los abusos contra los derechos humanos durante la Guerra Sucia cuando se desempeñaba como jesuita de alto rango.
Pero también hay tensiones entre el Papa Francisco -anteriormente el cardenal Jorge Bergoglio- y otros sectores del movimiento político de Kirchner. El fue un crítico del gobierno de Néstor Kirchner y se cree que está alineado con la oposición aquí. También se opuso a las políticas sociales como un derecho defendido por la administración de la presidenta Cristina Fernandez en 2010, que legalizó el matrimonio homosexual.
El Papa Francisco ha sido publicitado como un abanderado para mejorar los vínculos de la Iglesia Católica argentina con los oprimidos y ha dicho que como Papa quiere "una iglesia para los pobres", pero en 2009, cuando criticó el nivel de pobreza en este país sudamericano, no reconoció los pasos dados por el kirchnerismo para frenar la pobreza, como el fuerte gasto en bienestar social y el plan de beneficio universal por hijo, algo que se cree que disgustó mucho a la presidenta Cristina.
A pesar de su pasado, con la ola de orgullo nacional y el triunfalismo que han rodeado la entrevista con el Papa Francisco, la presidenta puede tratar de restablecer los lazos con la Iglesia antes de las elecciones legislativas en octubre.
"Si las relaciones siguen malas con el Papa Francisco, ella será impopular", dijo Leandro Bullor, analista de la Universidad de Buenos Aires. "Aquí sus palabras influyen en la sociedad y los políticos responden a eso", expresó.
Según el biógrafo del Papa Francisco, Sergio Rubin, Néstor Kirchner sintió que la Iglesia Católica Argentina "nunca reconoció lo que él hizo para salvar al país de una de sus peores crisis", refiriéndose al colapso económico de Argentina en 2001.
Mientras tanto a la iglesia, "nunca le gustó el estilo 'de confrontación' de Kirchner", expresó.
En 2005, el presidente Kirchner no asistió al Tedeum, una ceremonia anual presidida por el Arzobispo de Buenos Aires -para ese entonces Bergoglio- para celebrar el aniversario del primer gobierno de Argentina en 1810. La presidenta Fernández también ha rechazado asistir a la ceremonia.
Poco después, fue reportado que Kirchner describió a Bergoglio como el "líder espiritual de la oposición política".
"Bergoglio es cercano a Elisa Carrió, Gabriela Michetti, y el rabino Sergio Bergman," dice Leandro Bullor. Los tres son feroces opositores del kirchnerismo.
La relación de Bergoglio con la presidenta Cristina Fernández, habría tenido un receso en 2008 durante las huelgas masivas de los agricultores frente a un proyecto de ley para aumentar los impuestos a la exportación de granos. Se dice que Bergoglio sostuvo reuniones con los líderes del sector agrícola durante la crisis.
También se reunió con el ex vicepresidente Julio Cobos, quien más tarde traicionó a la presidenta Cristina al rechazar la medida con su voto decisivo en el Senado.
Pero según Francesca Ambrogetti, co-biógrafa del Papa, "él no tomó partido: el es simplemente un defensor del diálogo". "Su mensaje fue siempre de reconciliación, de dialogar. Eso lo veremos durante su papado", dijo.
Los Kirchner han puesto a Argentina a la vanguardia de las reformas sociales progresistas, otro ámbito contencioso en su relación con el Papa recién elegido. Después de la legalización de los matrimonios homosexuales en 2010, el año pasado fue aprobada una ley de identidad de género que permite a la gente cambiar de sexo sin la aprobación previa de un juez o un médico.
Son medidas que van en contra de la línea tradicional de la Iglesia Católica, que se ha visto muy debilitada aquí desde el retorno de Argentina a la democracia en 1983. "Bajo el Kirchnerismo, las estructuras institucionales han cambiado y la iglesia ha perdido terreno", dice Bullor.
Una semana antes de la aprobación de la ley de matrimonios entre personas del mismo sexo, Bergoglio la criticó, llamándola un "intento de confundir y engañar a los hijos de Dios."
La presidenta calificó su actitud de "medieval".
"Argentino y peronista"
Uno de los más cercanos asesores de la presidenta Fernández, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya ha declarado a Francisco "argentino y peronista" (el partido de Cristina Fernández es el partido peronista). Esta frase se repite también en los carteles que fueron pegados por Buenos Aires después de su elección la semana pasada.
Las relaciones entre los Kirchner y Francisco, como puede verse no han sido buenas, pero se espera que el almuerzo de hoy podría marcar el inicio de una mejora, al menos con fines políticos.
FUENTE: The Christian Science Monitor - http://www.aporrea.org |