Aquel día, a un agente de la Policía Nacional de Santiago que estaba de patrulla le resultaron sospechosos los movimientos del camión, que tenía matrícula checa. Decidieron registrarlo de arriba abajo sospechando que podría ocultar un alijo de droga. Sin embargo, tan solo hallaron los casi dos millones de euros, lo que motivó la detención del conductor y de su acompañante, ambos de nacionalidad búlgara, que quedaron en libertad imputados, eso sí, por un delito de blanqueo de capitales.
Aquel incidente puso en guardia a la policía. El Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago, que dirige José Antonio Vázquez Taín, y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) pusieron en marcha una complejísima investigación que se ha desarrollado durante el último mes y que ha necesitado la coordinación de grupos de buena parte del Estado y la colaboración de policías de otros países.
Las pesquisas han dado sus frutos. En la frontera franco-española de La Junquera (Gerona) se ha interceptado otro camión fletado por la organización en cuyo interior los agentes del cuerpo de Aduanas hallaron oculto un alijo de 50 kilos de cocaína. Paralelamente, en Madrid, se detuvo al capo de la mafia búlgara en España, que estaba en posesión de tres kilos de heroína.
El golpe policial es de gran calado, ya que no solo se ha desvelado cómo operaba la organización, sino que ha quedado descabezada con la detención de su máximo jefe en España.
Por su ubicación geográfica en el extremo oriental de Europa, con fronteras con Turquía, Rumanía, Serbia y Grecia, Bulgaria es un enclave ideal para el tráfico ilícito de heroína a Europa procedente, sobre todo, de Afganistán y Pakistán. Lo hacían en camiones de una empresa checa, ya que este país, al contrario que Bulgaria y Rumanía, forma parte del territorio Schengen, lo que facilita los movimientos porque no existen controles fronterizos.
En Galicia y en otros puntos de España cargaban cocaína que pagaban en efectivo -de ahí los 1,8 millones encontrados en Santiago- que después trasladaban en los mismos camiones hacia la República Checa. Desde allí, la red organizaba su distribución tanto a mercados cercanos de alto consumo como Alemania y a otros países, entre ellos la propia Bulgaria aprovechando la frontera poco vigilada de Rumanía.
| FUENTE: Xurxo Melchor - http://www.lavozdegalicia.es |
