Michele es un gran fan de la silueta de avispa muy de moda en el siglo en que las mujeres llevaban corsés apretados para reducir su cintura y conseguir un aspecto similar al cuerpo segmentado de la avispa. Pero ella llevó su pasión al extremo, vistiendo un corsé cada día y noche desde finales de 2009, con la esperanza de poder establecer algún día el nuevo récord de la cintura más pequeña del mundo.
Durante los últimos tres años, Michele consiguió disminuir su cintura de 64 centímetros a 44 cm, lo que le da la esperanza de que algún día podría superar a su ídola, Cathie Jung, cuya cintura de 34 centímetros -dicen que se eliminó las costillas inferiores- en la actualidad es considerada la cintura más fina.
Aunque admite que apretar gradualmente su cuerpo en corsés cada vez más pequeños es como un deporte extremo, que la deja sin aliento y sin la posibilidad de hacer una comida normal, la joven berlinés dice que ama a su cintura deformada.
El uso de esta prenda por tanto tiempo debilitó tanto los músculos abdominales de Michele que ha empezando a tener problemas para mantenerse de pie cuando no utiliza la pieza. Su estómago fue empujado fuera de su posición horizontal normal y ahora está tan apretado que tiene que comer hasta 10 comidas pequeñas al día en lugar de las tres habituales.
Durante un reportaje en vídeo de Barcroft TV, Michele fue a ver a un médico, quien le dijo:
- “Si esto sigue así, con el tiempo, ya no podrás caminar sin el corsé, o en el peor de los casos, no podrás moverte.” El pronóstico pesimista sobre su futuro tuvo muy poco efecto sobre el entusiasta del corsé, quien dijo que conocía los riesgos cuando comenzó a usar la ropa apretada.
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