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lunes, 22 de julio de 2013

Murió José Salgar, maestro del periodismo colombiano

Si hubo alguien cuya fortaleza fue determinante para que El Espectador no se detuviera en los dos momentos más trágicos de su historia fue el periodista José Salgar, fallecido el sábado, a los 92 años, en Bogotá. Su nombre quedará ligado a la historia de ese diario como el del hombre que tomó las riendas de las ediciones posteriores al asesinato de Guillermo Cano Isaza, en diciembre de 1986, y de la destrucción de las instalaciones del diario por parte del narcotráfico, en 1989.

“Fue un puntal que ayudó a sostener El Espectador luego de la muerte de Guillermo Cano, fue un apoyo sólido para los directores Juan Guillermo y Fernando Cano en el momento en que, siendo muy jóvenes, asumieron el reto de dirigir el periódico en medio de la tragedia de la muerte de su padre”, resalta Fidel Cano Correa, director de El Espectador.

Para entonces, Salgar llevaba décadas ejerciendo como jefe de redacción del diario, cargo que asumió en 1943, cuando contaba con 22 años. Nacido el 21 de septiembre, de 1921, ‘El Mono’ Salgar –como le decían sus allegados–, llegó a El Espectador siendo un niño, en 1934, para trabajar en la sección de linotipos. Después fue secretario y posteriormente redactor de todos los temas noticiosos, lo que le permitió destacarse y asumir la jefatura de redacción, en reemplazo de Alberto Galindo.

“Fue el maestro de toda la redacción de El Espectador –afirma Cano Correa–. Desdel famoso equipo de los años 50, a la que pertenecían Gabo, Eduardo Zalamea Borda y Guillermo Cano. Él era la cabeza de semejante equipo. Siempre me imagino cómo habría sido poder manejar a todas esas mentes tan brillantes”.

Por eso, fue reconocido como uno de los grandes maestros del oficio en Colombia, puesto que ayudó a forjar generaciones de reporteros, entre ellos el mismo Gabriel García Márquez que llegó a trabajar bajo su mando, en 1953.

En 1964 –y hasta 1980–, comenzó a dirigir El Vespertino, simultáneamente con su cargo en El Espectador. “Lo manejó hasta que los diarios de la tarde dejaron de ser viables”, explica Cano. Sin embargo, siguió ejerciendo su cargo en El Espectador mucho después de esta experiencia.

En los años 60, Salgar comenzó a escribir su famosa columna ‘El hombre de la calle’, centrada en los problemas capitalinos, que con algunos lapsos, mantuvo hasta el año 2003, cuando su retiro del día a día periodístico se hizo evidente.

La trayectoria de Salgar fue reconocida por los premios más importantes del periodismo colombiano: en 1990, recibió tanto el Simón Bolívar, como el Premio CPB, del Círculo de Periodistas de Bogotá, ambos a su trayectoria. Y años después, en el 2005, recibió el premio Cémex-FMPI, de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), en la categoría de homenaje. Tanto en este último, como en el Simón Bolívar, recibió el galardón de manos de Gabo, con quien mantuvo una estrecha amistad.

Salgar siguió vinculado a El Espectador hasta 1997, año en el que el medio fue adquirido por el Grupo Santodomingo. En ese entonces, ocupó la dirección transitoria, mientras Rodrigo Pardo asumía el cargo.

Su retiro fue paulatino, aunque no dejó de visitar las instalaciones del diario, donde siempre hubo un escritorio para él. Y donde siempre fue consultado. Por ejemplo, en el momento en el que El Espectador –que durante algunos años pasó a ser semanario– volvió a ser un medio diario, Cano Correa recuerda haber tenido amables conversaciones con Salgar sobre el tratamiento que deberían tener las noticias con este cambio.

Cano Correa resalta de su personalidad la capacidad de mantenerse en la actualidad periodística, a pesar de su avanzada edad. “Siempre estuvo a la vanguardia –recuerda Cano Correa–, al tanto de los avances tecnológicos y de cómo el periodismo podía adaptarse a ellos”.

Por lo mismo, recuerda que en su discurso de aceptación del Premio FNPI, en el 2005, Salgar habló de un periodismo para la “generación del dedo gordo”. “Es precisamente ese que vemos hoy –añade Cano Correa–, y él lo dijo hace cuántos años. Anunciaba que el periodismo tenía que adaptarse a esa generación”.

Salgar no alcanzó a conocer la nueva sede del periódico, aunque una de las salas de la misma fue bautizada con su nombre.

Un decano muy condecorado

Además de los premios mencionados, José del Carmen Salgar Escobar fue nombrado miembro de la Academia de Historia de Bogotá y conservó en su casa montones de medallas y condecoraciones.

Durante cinco años, fue decano de la facultad de Comunicación de la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá, siempre con la idea de hacer del periodista un profesional mejor. “Preparar a los periodistas para la mentalidad de este nuevo siglo y con las herramientas que les ofrece”, fue uno de sus temas frecuentes de conversación, en foros y aulas de clase.

FUENTE: http://www.eltiempo.com

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