Tras escapar de la cárcel de máxima seguridad de México, El Altiplano, los expertos han logrado determinar que el Chapo tiene dos puntos frágiles. El primero es su miedo a perder la libertad, como se puede evidenciar tras los dos impresionantes escapes que este ha llevado a cabo. Este informe también agrega que podría tener impulsos suicidas. La segunda debilidad del narcotraficante es la familia. El Chapo tiene diez hijos con cuatro esposas diferentes. Descrito como cerebral y estratégico, se toma su tiempo para tomar decisiones, como se puede reflejar en su fuga del penal.
Como jefe del sanguinario Cartel de Sinaloa, “es tenaz y su sentimiento de inferioridad se refleja en una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder”. En el informe se detalla que el capo tuvo una cruda infancia y fue maltratado por su padre, por lo que vive acomplejado por su estatura (ahí se deriva su apodo de el Chapo). Matar es parte del negocio para este criminal, no siente remordimiento y se ve a sí mismo como un “líder con buenos sentimientos”, según los psicólogos de la fiscalía y lo publicado por el diario español.
“Tiene necesidad de liderazgo, controla el entorno y es obsesivo, pero mesurado en sus actos vindicativos”, subraya el informe. La maldad de el Chapo nace de su frustración. “Es seductor, espléndido, genera sentimiento de lealtad y dependencia hacia su persona. Pero no es indulgente con sus detractores, y no vacila en romper alianzas. Cumple compromisos, pero también sus venganzas, empleando cualquier método violento si se siente amenazado”, concluye el perfil trazado por la Procuraduría de México.
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