-Mr. Moucheboume: Créeme Nicolás, cuando uno quiere ganar dinero hay que trabajar duro, muy duro. ¡Me lo agradecerás más adelante!-Nicolás: Si me lo da ahora se lo agradeceré inmediatamente...
[Del filme 'El Pequeño Nicolás']
Nicolás se presenta en FAES, la fundación del Partido Popular, con su madre. Un quinceañero nada tímido. Destacan sus ojos claros y su actitud. Un chico que no tiene miedo a encontrarse con Jaime García-Legaz, líder del think tank del PP. Su madre lo vende como un chico que se interesa por la política, buenas notas, uno de los mejores de su generación... Francisco Nicolás Gómez Iglesias [Madrid, 18 de abril de 1994] ve la luz cuando Jaime lo acepta. Comienza a prometer. Primero que llenaría las salas de los mejores alumnos de los mejores colegios de la capital. Lo logra. Se gana la confianza de quien, cinco años después, es uno de los secretarios de Estado más respetados del Gobierno de Rajoy. En ese mismo tiempo, Frank, Fran, Frankie, Nico, Nicolás, Francisco Nicolás... [nombres que usaba de acuerdo a sus necesidades] logra asistir a la proclamación del rey, cenar con las personalidades más importantes de España y negociar favores para empresarios. Esta semana, con 20 años, Gómez Iglesias, cara de niño, sorprende a los agentes que lo arrestaron. Lo vienen persiguiendo meses. Desde que se supo que negociaba acuerdos presentándose como asesor de la Vicepresidencia de Gobierno. Desde que se atrevió a marcar el teléfono del rey.
La conversación la contó así a sus amigos. "Su majestad, Don Juan Carlos, puedo resolver los problemas de la Infanta, de su hija. Estoy negociando con los de Manos Limpias para que retiren la demanda. Les he dicho que es un asunto de Estado". A partir de ahí la respuesta del monarca varía dependiendo de quien la relate. La fabulación ha ido creciendo. Pero lo que nunca contó fue cómo consiguió el teléfono. Tenía un método certero...
-Oye, no tienes este programa en tu móvil ... Yo te lo arreglo...
Y cogía el teléfono con ésta u otras excusas. Y así memorizaría los números más importantes de su interlocutor. Un empresario nos confirma que así sucedió. ¿Quién le dio tan importante número? Presumía de que fue Arturo Fernández, restaurador y consejero de Caja Madrid, usuario de las tarjetas black. Un selfie que prueba que se conocían. Las fotografías fueron su herramienta. Se presentaba a sus reuniones de negocios con su álbum fotográfico. Desde multimillonarios que aparecen en Forbes como Villar Mir hasta con el Nobel de Literatura Vargas Llosa. En medio: Aznar, Rajoy, Rato, Aguirre, Cañete...
Su mayor logro. Lo consiguió el pequeño Nicolás el 19 de junio de este año. Logró ser uno de los 2.000 privilegiados que asistieron al besamanos en la proclamación del rey Felipe VI. Estaba el dueño de Mercadona, Botín, el presidente Rajoy, Bisbal, el Juli y... Francisco Nicolás. Crónica contacta con Casa Real para preguntar si se coló. "Fue acompañante de un invitado. No podemos decir más porque está en investigación judicial", la respuesta oficial. Preguntamos a distintos asistentes si lo recuerdan. Lo niegan. Pero está en el vídeo de la ceremonia. El rostro de Felipe VI y de la reina Letizia es de sorpresa. Frankie hace una reverencia. Cuelga el retrato en su Facebook. Su arma...
Millones lo vieron. Pasó desapercibido para la mayoría, no para sus seguidores en redes sociales... Donde contaba con políticos, empresarios, herederos de imperios... El círculo se cerraba. Él que, según distintos testimonios de sus allegados, había llegado a decir que era hijo ilegitimo del rey Juan Carlos, lo había conseguido. Estar en uno de los episodios más importantes de la historia contemporánea de España. El Niño, como lo llamaban en su círculo, ambicionaba más.
Agosto de 2014. Dos Audi A8, un BMW serie 7. Sirenas. Guardaespaldas. Coches patrulla con los distintivos de la policía [local o nacional]. Ese era el dispositivo que utilizaba Frank para sus negociados. Se iba grabando a sí mismo con su smartphone. Su hazaña era comer en Ribadeo -Lugo, Galicia- con Jorge Cosmen Menéndez-Castañedo, accionista de Alsa y del grupo británico de autobuses, autocares y ferrocarriles National Express, dos de las empresas de transportes más importantes del orbe. Como a él, tenía en la mira a Amancio Ortega y Emilio Botín... Fue su pico de gloria, apareció en todos los periódicos de la región, pues a Cosmen le dijo que acudiría el rey Felipe VI. El único en la mesa era El Niño, para sorpresa del magnate y del propio alcalde del pueblo, que curioseó. Francisco Nicolás había logrado convencerle para que pusiera coches patrulla delante y detrás de su séquito.
Dos de septiembre. Restaurante Combarro. Calle Reina Mercedes, Madrid. Se reúne con Miguel Bernad, fundador del sindicato Manos Limpias, y un empresario barcelonés. Trataba "asuntos de Estado", de nuevo. Ya antes del verano le había pedido a una abogada de la organización que detuviera la demanda a la infanta Cristina. Ahora lo volvía a pedir. E iba más lejos, quería que retirasen la querella contra Jordi Pujol, ya que al abogado del ex president también le prometería su ayuda. "No, rotundamente no", dijo Bernad. "Si se hunde CiU, Esquerra sube. Es lo mejor para el país", argumentaba Nico.
En paralelo, ofrecía al visitante catalán resolverle un problema con Hacienda. "Te tramito un crédito con el Banco Nacional de París [BNP Paribas] de nueve millones de euros a condiciones fabulosas", le dijo. "No le pidió nada", asegura un testigo. Sí exigía percebes y ostras. Vinos reserva. Pagaba el empresario esperanzado. Al final de la cena, nuestro testigo comenta a Bernad: "Si estamos en manos de esta gente, me voy del país. Es increíble que este chaval represente a la vicepresidenta. Estamos acabados".
Al día siguiente, como le dijo el pequeño Nicolás, el barcelonés se presentó en las oficinas. Con las escrituras de sus propiedades. Cuatro horas esperó. El Niño tenía sus A8 afuera. Pero no se acercó. "Lo resolveremos con el dueño de Coronitas", le respondería después. El empresario no quiso saber más de él.
El primero en descubrirlo fue quien le abrió las puertas a la política. García-Legaz se encontró hace un año y medio con un amigo. Le dijo: "He conocido a tu ahijado, qué encanto de chico. Sabe mucho de política". Se sorprendió de eso y contestó: "Yo sólo tengo uno y tiene siete años". Fran estaba usando su nombre. Lo encaró.
-¿Estás diciendo que eres mi ahijado? -le preguntó enfadado.
-Yo, ehhhh -por primera vez lo vio titubear.
-¡Responde!
-Creo que me he equivocado...
Y el hoy secretario de Estado de Comercio cortó toda relación con él. Creyó que era un chico que había cometido un error, que no podía ir más allá. En conversación con Crónica niega los rumores que lo sitúan como su gran valedor.
-Decía que fue en el avión presidencial a negociar contratos con Obiang en Guinea Ecuatorial.
-Yo nunca he estado en Guinea, no conozco a Obiang... Este era un chico que manejaba las relaciones públicas como nadie. Nos ofreció traernos a los mejores alumnos de los mejores colegios. Y cumplía.
| FUENTE: Con información de Javier Castro-Villacañas - http://www.elmundo.es |
