"Nuestro estadio fue entregado lleno de basura", comentó Grael, de 56 años, en referencia a la dejadez del Comité Organizador de Río 2016 frente a otras instalaciones más costosas como los grandes estadios del Parque Olímpico de Barra da Tijuca y sobre los que se ha volcado toda la atención en los últimos meses.
Cabe recordar que el ayuntamiento de Río de Janeiro incumplió la promesa al Comité Olímpico Internacional (COI) de reducir en un 80 por ciento la contaminación de las aguas del campo de regatas de la Bahía de Guanabara, una bahía que recibe las aguas residuales de 12 millones de habitantes a través de cientos de vertidos y más de 55 ríos.
"Hay que intentar evitar la basura, pero es imposible. Los restos que quedan flotando a media altura y no pueden ser vistos. A veces se divisa algo flotando en la marea pero es muy difícil pasar sin que se quede pegado a la embarcación", añadió el máximo responsable del equipo brasileño de vela, uno de los grandes favoritos para imponerse en esas condiciones.
Una de las atletas brasileñas más criticas con el estado del campo de regatas fue precisamente su hija, Martina Grael, de 25 años y competidora de la clase 49er FX quien llegó a reconocer que sentía "vergüenza" ante sus compañeros internacionales que, según ella, están acostumbrados a competir "en las mejores aguas del mundo y no a esta suciedad".
FUENTE: http://mundo.sputniknews.com