La Juventus se había quedado sin delantero tras ingresar treinta millones de euros por Morata. El club más poderoso de Italia trató de negociar con el Real Madrid para retener al ariete madrileño. Sin embargo, la negativa blanca espoleó a los turineses a agitar el mercado. Aunque parezca extraño, Higuaín no participó como primer objetivo debido a que la negociación se planteaba descorazonadora. Tratar con el mandamás del Nápoles es una ardua tarea. Pero hasta la Juve había llegado que sí o sí el argentino estaba decidido a salir del sur. ¿Cambiarlo por el norte? Sólo era una opción remota… hasta que apareció Mino Raiola. El asesor deportivo de Paul Pogba anunció a la dirigencia que su pupilo cambiaría de aires tras la Eurocopa de Francia. Ofertas cuantiosas que se cifraban por encima de los cien millones de euros, alegó. Por tanto, era el momento de acometer la operación. Para Aurelio De Laurentiis, el dueño del Nápoles, la cifra de 90 millones de euros era innegociable. La Juve echó cuentas, negoció y consiguió fraccionar en dos partes el pago para amortizar la cantidad durante los próximos cinco años, tiempo de contrato que ha firmado el ariete argentino.
Quien le iba a decir a Florentino Pérez que alguien pagaría tanto dinero por un delantero que él nunca estimó. Fichado durante la presidencia de Ramón Calderón, sólo los goles lo mantuvieron en la plantilla del Real Madrid en dura competencia con Benzema. La alternancia con el francés cansó a Higuaín, que decidió hace tres temporadas aceptar la ambiciosa propuesta del nuevo Nápoles de Rafa Benítez. El club sureño decidió abonar los 38 millones de euros que pidió Pérez y todos tan contentos. No era un reto sencillo para el delantero: debía sustituir nada menos que al uruguayo Cavani, recién traspasado a París e ídolo de San Paolo. Gonzalo abandonaba el Bernabéu sin dejar huella y el madridismo no lamentó su partida. Y aunque todos pensamos que había sido Benítez el gran valedor del ‘Pipita’, el histriónico De Laurentis descubrió, tras abandonar el técnico Nápoles, que lo de fichar al ‘9’ fue cosa suya: “Rafa me pidió a Leandro Damiao y yo compré a Higuaín”.
Los tres cursos deportivos del argentino en Nápoles han resultado excelentes. Sin embargo, las tiranteces con la dirigencia única comenzaron hace un año. Desde entonces, los Higuaín, el futbolista y su hermano el asesor, ya rumiaban la salida. Tras los dos primeros años -24 goles y la Copa y 29 tantos y la Supercopa local-, el sudamericano se convirtió en el héroe de la grada, pese a fallar, ese segundo año, el penalti que evitó la clasificación del equipo para la Champions. La afición sentía al argentino como uno de los suyos. Si bien, De Laurentiis no lo tenía tan claro. En ese verano de 2015, el presidente se descolgó públicamente con unas manifestaciones que molestaron al jugador: “Si nos pagan 90 millones podremos comprar ocho jugadores”. A lo que Nicolás Higuaín respondió: “Sólo él habla de la cláusula, parece que quisiera vender. Pero no sé cuál es su pensamiento porque hace tiempo que no hablamos”, manifestó en una emisora de radio italiana. Con este desencuentro vivido, el argentino rompió registros en el Calcio: 36 goles en 35 partidos de Serie A, pero sin levantar trofeo alguno. La guinda al curso la puso el hermano para desazón de los seguidores napolitanos. Nicolás se mostró crítico con el proyecto por la falta de ambición de la sociedad, anunciando que el ‘Pipita’ no renovaría contrato bajo ninguna circunstancia. Higuaín ya estaba en el mercado. Sin embargo, todos eran conscientes de la dificultad de la salida. Es más, la familia se daba por contenta si conseguían abandonar el club el próximo verano de 2017.
Mientras tanto, dos equipos se interesaron por la situación antes que la Juventus. El Chelsea de Conte sondeó las opciones, pero le pareció desorbitada la compra. Era la mejor manera para dejar volar a Diego Costa, deseoso de regresar al Atleti. Precisamente, los rojiblancos llegaron a ofrecer 60 millones de euros y dos jugadores para cerrar el traspaso. De Laurentiis lo tiró al limbo: o 90 o no se mueve. La dirigencia madrileña desistió pese al gesto en forma de fotografía que realizó el jugador: se retrató durante la Copa América con los tres jugadores del Atleti que integraban la convocatoria de la albiceleste argentina, una vez consumado el fichaje de Gaitán. Augusto y Kranevitter completaban el retrato que recorrió las redes sociales. Entonces, no parecía que nadie en el mercado se mostrara dispuesto a rescatar al delantero que se armaba de ganas para retornar a Nápoles.
Y la Juve se decidió tras tener medio vendido a Pogba. El movimiento provocó un clandestino reconocimiento médico en Madrid, paso previo obligatorio para cualquier transacción. El ánimo del chico cambió, aún siendo consciente de que debía asumir un alto coste social por el traspaso. La relación rota con el mandamás napolitano ni preocupaba porque venía de lejos. Además, Higuaín observó el movimiento como una oportunidad única a sus 28 años. No podía dejar pasar el tren de la Juve, quien ahora se encuentra con el problema de Mandzukic. El croata ya ha dejado bien claro en sus estaciones de Múnich y Madrid que eso de ser suplente no va con él. Entretanto, Higuaín se convierte en el tercer jugador que más dinero ha movido en ventas tras Di María e Ibrahimovic. En total, ha generado 140 millones de euros -12 de River Plate a Madrid, 38 para salir del Real y 90 para llegar a la Juventus-. En Nápoles no hay consuelo y nunca le quitarán la etiqueta de traidor. Pero en el Fútbol la lista de ‘traidores’ crece cada temporada.
FUENTE: ANTONIO SANZ - http://blogs.elconfidencial.com