
El dueño de Inditex se ha enfrentado así a su mayor operación jamás cerrada en nuestro país, muy superior a los 400 millones de euros que pagó por la icónica Torre Picasso, edificio que adquirió a Esther Koplowitz hace casi cinco años.
Gracias al dividendo de Inditex, el empresario cuenta con un cheque anual de 1.100 millones de euros que, en su práctica totalidad, destina a adquirir inmuebles, una política que ha convertido a Pontegadea en una de las mayores patrimonialistas de España, solo comparable con la nueva Merlin-Metrovacesa y con Colonial.
Sin embargo, las dimensiones de esta retribución hacen que cada vez sea más complicado para el segundo hombre más rico del mundo encontrar oportunidades en España, ya que sus intereses se centran en operaciones con un mínimo de ocho ceros, política que le ha llevado en los últimos tiempos a multiplicar sus operaciones fuera de nuestras fronteras.
Con un patrimonio valorado en 6.000 millones de euros, el grueso de su imperio se ubica ya fuera de los Pirineos, gracias a la decidida apuesta que ha realizado el empresario en los últimos años por el mercado británico(representa un tercio de su cartera), el estadounidense, donde ha protagonizado una de sus últimas operaciones con la compra del mítico edificio Haughwout, en Nueva York, e, incluso, el asiático, donde ha desembarcado a principios de año con la adquisición del edificio comercial M Plaza, en Seúl (Corea del Sur) por 328 millones.
FUENTE: http://www.elconfidencial.com