
No en vano, el ritmo de los mercados en los últimos diez años los han marcado los bancos centrales a golpe de inyección de dinero al sistema y ha llegado el momento en el que la retirada del crédito se convierta en una realidad. Así, con la Reserva Federal a la cabeza, que ya ha comenzado la subida de tipos de interés en EEUU, los bancos centrales del resto de países han comenzado a explorar las salidas de los programas de expansión monetaria que han venido poniendo en marcha, como es el caso de Japón, o la reducción de los mismos, como ya ha dejado entrever el Banco Central Europeo (BCE).
En este sentido, desde Saxo Bank alertan de que la combinación del endurecimiento de las políticas monetarias, la disminución del impulso crediticio en China y EEUU y la ausencia de más reformas o estímulos fiscales llevan a que exista una "posibilidad real de una importante desaceleración a finales de este año".
Steen Jakobsen, economista jefe y CIO de la entidad, explica que las probabilidades de una recesión económica mundial se sitúan en el 60%. "Con el crédito como único ingrediente utilizado para estimular la economía global en los últimos 10 años, los inversores deben prestar atención a cualquier cambio en el precio del dinero, el impulso de crédito y el precio de la energía para entender la dirección de la economía".
Jakobse espera que el ciclo de tipos termine y que la inflación sea más baja, dando lugar a un exceso de rentabilidad para la renta fija y el oro
Así, en tanto que se espera un incremento de los tipos de interés, a la vez que se va a producir la retirada de los programas de flexibilización cuantitativa y el petróleo va a continuar en la espiral bajista en la que se encuentra sumido desde julio de 2014, Jakobsen espera que "el ciclo de tipos termine y que la inflación sea más baja, dando lugar a un exceso de rentabilidad para la renta fija y el oro, con algún riesgo para las acciones", afirma el experto.
En cuanto al comportamiento por regiones y sectores, los analistas de Saxo Bank apuntan a que salud, bienes de consumo y servicios públicos son los sectores favoritos en el caso de que la previsión de desaceleración que manejan sea correcta. También prefieren Europa y Japón, aunque Europa tiene por delante el reto de que es probable que el BCE tenga dificultades para anunciar el tappering en septiembre, lo que sería una prueba más de que la actividad económica de la zona euro sigue siendo frágil. "Para los inversores, la verdadera cuestión es cuánto tiempo la zona euro será capaz de resistir la desaceleración del impulso global del crédito y si podrá convertir el optimismo actual en aumento de beneficios para evitar que el final del ciclo económico de EEUU acorte la recuperación", afirma su economista jefe.
Con todo, esperan que en tanto que el impulso del crédito en Europa va a seguir siendo positivo mientras que en EEUU ocurre lo contrario, las acciones del Viejo Continente continúen manteniendo la tendencia con nuevas entradas.
FUENTE: María Igartua - http://www.elconfidencial.com