
El chef Alberto Chicote popularizó un formato en el cual hacía valer su experiencia en los fogones y también en la gestión, ofreciendo soluciones a negocios que atravesaban problemas. Hay momentos de tensión, críticas desgradables en ocasiones -que se consideran necesarias- y un desenlace que generalmente acaba bien. Se les ayuda a comprender el negocio, se solucionan los conflictos e incluso a veces redecoran el local. Final feliz. La realidad suele ser más cruda, aunque haya habido alguna excepción en sus programas. Puede incluso que los realities acaben por explotar esa vía una vez se agoten otros formatos: el drama desolador.
"En ese sentido el programa de Chicote ha hecho mucho daño, porque muestra una imagen irreal". Blasco es uno de los verdaderos 'Chicotes' que intentan solucionar problemas de un negocio de restauración cuando va mal. No son ángeles de la guarda, claro; cobran por sus servicios, pero tampoco hacen milagros. Su análisis es demoledor: la gran mayoría de los restaurantes en dificultades cuando llegan a sus manos ya están condenados. Sencillamente porque no tenían un verdadero plan de negocio y no es viable. De hecho, nunca lo fue. "Me he encontrado con muchos clientes que no habían diseñado un plan de viabilidad y ya no es una cuestión de arreglar la carta, la decoración o el concepto, simplemente no es posible". ->>Continuar leyendo...
FUENTE: Con información de Julio Martín Alarcón - https://www.alimente.elconfidencial.com - ->> Ir