
El Radiómetro de Imágenes Visibles Mediante Infrarrojos (VIIRS) del satelité Suomi NPP, operado conjuntamente por la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU., detecta miles de estas anomalías todas las noches. La mayoría de ellas son causadas por incendios.
"Pero, obviamente, no hay un incendio en medio del océano", explicó en un comunicado Patricia Oliva, científica de la Universidad Mayor (Chile), que había participado en el desarrollo de un algoritmo de detección de incendios para el VIIRS.
Las erupciones de gas natural a veces son marcadas por el VIIRS, sin embargo, solo ocurren en aguas poco profundas cerca de la costa. De manera similar, la actividad volcánica se puede marcar como una anomalía, pero no hay volcanes cerca del punto rojo en el mapa.
Resulta que la explicación está vinculada a un misterio mucho mayor. "Casi seguro que es SAMA", señaló Oliva, en referencia a la Anomalía Magnética del Atlántico Sur.
SAMA es un área donde uno de los llamados cinturones de radiación de Van Allen de la Tierra se acerca más a la superficie, descendiendo a una altitud de alrededor de 200 kilómetros. Estos cinturones son zonas de partículas cargadas de energía, la mayoría de las cuales se originan en el Sol, que son capturadas y mantenidas alrededor del planeta por su campo magnético.
La anomalía magnética significa que esta región del Atlántico y los satélites que pasan por encima de ella están expuestos a niveles de radiación superiores a los normales.
FUENTE: https://actualidad.rt.com