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viernes, 5 de julio de 2019

(Panamá) Fiscalía desistirá de testigo

Los fiscales han indicado que depurarán la lista de 78 testigos para agilizar el juicio. La defensa afirma que, hasta el momento, ninguno de los testigos que han comparecido ha manifestado que le consta que su cliente cometió los delitos que se le endilgan. Además, las evidencias digitales no guardan mismidad, algunas han sido violadas y se ha comprobado que los correos que se muestran a las víctimas fueron guardados en la computadora de Rolando López, secretario del Consejo de Seguridad (2014-2019). La defensa contempla 21 testigos y tres peritos que declararán a favor del acusado.

El miércoles comparecieron cuatro testigos, con lo que se completaron 21 testimonios.

‘Me pidió disculpas'

Rosendo Rivera, entonces abogado del presidente Ricardo Martinelli, tenía la sospecha de que sus comunicaciones estaban intervenidas.

Esta preocupación se la comunicó a su colega Gabriel Carreira en una conversación que tuvo por WhatsApp. En ese momento mantenía varios poderes otorgados por el presidente Martinelli, que esperaban la orden de su cliente para actuar.

La duda de si su teléfono estaba pinchado se originó a raíz de un comentario que le hizo el abogado Rodrigo Sarasqueta, un supuesto allegado del entonces mandatario, con respecto a la conversación que él había sostenido en wasap con Carreira el 24 de junio de 2013.

Un año más tarde, Rivera confirmó su inquietud. Acudió a la Fiscalía Auxiliar para verificar una supuesta comunicación que le había sido intervenida.

Era el mensaje en cuestión, aunque el nombre de Sarasqueta estaba editado.

Rivera acudió este miércoles como testigo y víctima, en el juicio que se le sigue al expresidente Ricardo Martinelli por pinchazos.

En su relato también dijo que en una visita al expresidente, quien se encontraba privado de libertad en El Renacer, Martinelli admitió que le había intervenido su teléfono e incluso le pidió disculpas. La invitación al centro penitenciario fue con motivo de explorar un acuerdo entre las víctimas y el acusado, pero resultó infructuosa.

‘A mi llegada hablamos del proceso, de su situación y hasta de la situación del país. En esa ocasión me dijo que tenía $200 millones en un fideicomiso para hacer frente a este pleito. No sé si es verdad', señaló Rivera. Luego agregó que cuando Martinelli comenzó a amenazarlo se levantó, cogió su saco que le había guardado en el clóset de su ‘hogar', y se retiró.

En este proceso, Rivera requirió a Martinelli más de $900 mil y menos de $1 millón como resarcimiento, cifra que, según él, fue calculada por su contador y un psicólogo que evaluó su afectación.

No obstante, para la defensa, algunos elementos que revisten al testigo desacreditan su testimonio.

Alfredo Vallarino, abogado del exgobernante, expresó que Rivera ha sido claro al decir que nunca vio a Martinelli pinchar ni dar una orden similar. ‘Es una persona interesada que indicó que en una conversación extrajudicial el presidente Martinelli le reconoció que lo había pinchado. En la ley hay dos cosas: nada que entre en una conversación extrajudicial tiene valor de prueba. Segundo, sería un absurdo considerar que el testimonio de un querellante que espera un resarcimiento económico, y que ha tenido diferencias con mi cliente, pueda hacer valer su testimonio por el simple hecho de decir me reconoció'.

El defensor ahondó en las irregularidades técnicas que se han presentado en el juicio sobre las evidencias digitales. Las que se han exhibido hasta el momento, no se efectuaron con la presencia de un abogado defensor, tampoco se realizaron diligencias de inspección ocular a los aparatos de las víctimas por parte de la Fiscalía Auxiliar o de Medicina Legal.

En cambio, los fiscales salieron sonrientes de la sala después de escuchar a su testigo. Resaltaron que el testigo reconoció su comunicación y que la misma estaba editada precisamente porque había señalado a un tercero, Rodrigo Sarasqueta. ‘Esto para la fiscalía es importante porque ese señor también es uno de los testigos de la defensa que ahora sale a relucir por el comentario de una víctima', manifestó el fiscal Aurelio Vásquez.

El fiscal añadió que este testimonio prueba que no solo se habla de un espionaje político o empresarial, sino también a los colaboradores del acusado. ‘¿A quién no le convendría que ese nombre hubiese salido ahí? Estamos hablando que esta persona incluso guarda relación con le acusado. ¿Eso a quién le convendría?', reflexionó el fiscal.

Otro elemento que emociona a la fiscalía es que Rivera vinculó directamente a Martinelli con los pinchazos. En este sentido, dijo que él se benefició de la información que fue interceptada.

‘Tenemos que entender que si viene un querellante que si vence a Ricardo Martinelli se gana un millón de dólares. Tiene un interés claro, que ha sido su abogado, que tienen diferencias y que es uno de los querellantes del proceso', alegó Vallarino.

La víctima también reveló al Tribunal su insatisfacción porque la averiguación de la Fiscalía se haya efectuado del 2012 al 2014, momento en que Juan Carlos Varela dejó de formar parte de la alianza presidencial. A su criterio, los fiscales debieron investigar desde el 2009, cuando Martinelli asumió el poder como presidente y Varela, como vicepresidente.

‘Yo no creo que esto haya sido del 2012 en adelante. Por eso, en una de mis conversaciones con Ricardo Martinelli le dije que si tenía información de lo que haya ocurrido antes del 2012 la aportara a la fiscalía. Pero Martinelli nunca lo hizo, a pesar de que la tiene', reveló Rivera al Tribunal.

Luego rememoró que en la casa de Salomón Shamah, un colaborador cercano de Martinelli, presenció una celebración. Recordó que Shamah ‘abrió una botella de vino, se sentó en el mueble, se quitó los zapatos y le habló por teléfono a Martinelli para decirle: lo atrapamos, el brasileño colaboró y va a renunciar Bosco (Vallarino) y Roxana va a tomar el puesto'.

Después pudo comprender la conversación. En 2012 se difundió un video en las redes sociales en el que aparecía el alcalde Vallarino con el empresario brasileño Alejandro Ventura Nogueira, en un supuesto soborno que quedó grabado en video.

‘Lo de Bosco no es objeto de este proceso, pero fue una narración que él hizo. Para los efectos de la fiscalía, termina excluyendo a nuestro representado porque lo que indica es que otras personas tenían acceso a comunicaciones de terceros', manifestó la defensa de Martinelli.

Reinaldo Rivera

Uno de los fundadores del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Reinaldo Rivera, pasó a ser parte de las víctimas en el caso de pinchazos prácticamente por ‘carambola'. Su nombre apareció en un correo del testigo protegido de la Fiscalía que reportaba una reunión de varios dirigentes del colectivo en la casa de otro copartidario.

Lo curioso es que Rivera manifestó que no usa correo electrónico, y que cuando llegó a la Fiscalía Auxiliar para reconocer la información se le presentó una copia de un correo. A Rivera no se le interceptó una comunicación propia. En este sentido, por haber sido parte de una reunión en la que participaron Mitchell Doens y Francisco Sánchez Cárdenas, que eran blancos de los pinchazos, su nombre salió a relucir.

El contrato de Internet

El testigo número 20 es un empleado de la telefónica Cable and Wireless, quien acudió para constatar un supuesto servicio de Internet en el edificio Oceanía, torre 300 piso 6.

Carlos Jaén, con 20 años de antigüedad en la telefónica, señaló que los personeros judiciales que se acercaron a la empresa, previo cumplimiento de los requisitos legales, para solicitar la verificación de direcciones del IP (protocolo de Internet). Se trataba de un cliente comercial que tenía un rango de 7 direcciones fijas. La diligencia se efectuó el 30 de septiembre de 2015 y el 1 de octubre del mismo año. El departamento de ‘información del cliente' encontró en la base de datos que el 16 de mayo de 2014 culminó el contrato a nombre de la empresa Megaly International Investment, cuyos contactos eran Ricardo Rosso y Viola Guerrero. Dicho servicio había sido instalado en 2013.

La teoría de la fiscalía consiste en que la última señal del equipo Pegasus, que se efectuó para interceptar los correos y los teléfonos de las víctimas, provino de la dirección del IP en cuestión. No obstante, el empleado indicó que no podía certificar qué tipo de equipos estaban conectados al servicio de internet. También declaró que en ningún lado del contrato se menciona a Ricardo Martinelli como el contratante. La fiscalía tampoco tiene entre sus testigos a Rosso y/o a Guerrero para poder acreditar la relación de estos con el acusado.

El último testigo de la tarde fue el dirigente del PRD Joaquín Vásquez, a quien se le interceptó un correo con fecha del 2 de julio de 2012 que había enviado a Mitchell Doens. El declarante no entró en detalles sobre el contenido, pero aseguró que nadie más cuenta con su contraseña para ingresar al correo que mantenía en su celular.

Al ser cuestionado sobre quién pudo haber intervenido su correo, Vásquez indicó que espera que eso se dirima en el juicio. Pero lo que no se puede negar, añadió, ‘es que hubo pinchazos y que estos se obtuvieron con el equipo que adquirió el gobierno con los impuestos de los ciudadanos durante la administración Martinelli. Que los programas para tal efecto fueron mal empleados, ¿para satisfacer a quién?', se preguntó el político. ‘No necesito un juicio para probar que se intervinieron los teléfonos. ¿Quién desayunaba con el morbo de los pinchazos?', se preguntó.

La defensa luego cuestionó si había participado en el Frente por la Democracia, a lo que él asintió. El propósito, respondió, era que el gobierno de Martinelli permitiera hacer oposición. En dicho movimiento participó Juan Carlos Varela,

FUENTE: Con información de Adelita Coriat - La Estrella de Panamá

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