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lunes, 3 de octubre de 2011

Perspectiva económica mundial y nacional de Panamá

PANAMÁ. A inicios de agosto pasado la calificadora de Riesgo ‘Standard & Poor’ rebajó la categoría de los bonos del Tesoro norteamericano. Esta situación marcó una nueva fase para la economía global que ahora se apresta a sufrir una recesión.
Este artículo examina en forma no técnica el panorama mundial y los desafíos que a mediano plazo se enfrentarán. Igualmente evalúa la repercusión que estas circunstancias podrían representar para la economía panameña así como las políticas que debería adoptar el Gobierno para atenuar los impactos.

A partir de la decisión de S&P, las principales bolsas del mundo han reflejado una clara tendencia hacia la baja erosionando buena parte de las ganancias que se habían logrado luego de la turbulencia generada por la anterior crisis mundial del 2008 (provocada por los llamados Bonos hipotecarios tóxicos). Esto de por sí revela un claro indicio del serio y progresivo deterioro de las exceptivas mundiales.

Más aún, desde ese momento todos los organismos internacionales incluyendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han rebajado sus pronósticos de crecimiento mundial.

RECESIÓN

Si bien la situación resulta delicada, no es irremediable ni necesariamente supone el inminente colapso de la economía mundial o de sus principales monedas (como el dólar americano por ejemplo).

Más allá del hecho obvio de que de nuevo el mundo marcha hacia una recesión, la gravedad o duración de la crisis dependerá de las políticas que adopten Europa y los Estados Unidos de América (EUA). Ambos constituyen en este momento los puntos focales de la tempestad económica.

Afortunadamente, por ahora uno de los aspectos que contribuye a que la probabilidad de que esta recesión no sea más severa es que el precio del crudo ha estado descendiendo -a pesar de la tensión política sin precedentes que vienen atravesando varios países del Medio Oriente.

En cuanto a EEUU, lo que provocó precisamente la reducción de su calificación fue el hecho de que el Congreso aprobara un acuerdo para aumentar el techo de la deuda que según S&P revelaba una falta de voluntad tanto de los Republicanos como los Demócratas para rebajar de manera efectiva a corto y mediano plazo el desproporcionado déficit y endeudamiento de ese país.

UNIÓN EUROPEA

En cuanto a Europa, tampoco hay una solución fácil. Igual que los Estados Unidos algunos de los países de la región simplemente se excedieron en su nivel de gasto y endeudamiento incluyendo entre otros a Grecia, Italia, Francia e Irlanda.

Tanto los bancos privados como los gobiernos europeos deben asumir ahora el altísimo costo de rescatar a estos países y tendrán que inexorablemente descontar (perdonar) parte de sus deudas -sobre todo la griega- si se pretende salvar al Euro y a la Unión Europea (UE).

En ambos casos (EEUU y Europa) resulta casi imposible estimular la economía recurriendo a un aumento del gasto público, del endeudamiento o de la masa monetaria (todas estas opciones justamente ya han llegado a su límite).

En resumen tanto en Europa como en los EEUU pareciera difícil que se produzca a corto plazo un consenso definitivo sobre quién asumirá las pérdidas generadas por esta crisis por lo cual se puede asumir que persistirá por varios meses cuando menos un serio nivel de incertidumbre. En ambos casos el impasse es más de naturaleza política.

IMPACTO DE LA CRISIS SOBRE EL DÓLAR

A pesar del incremento exponencial en la oferta de dólares estimulado por años por la política del Fondo de Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, el dólar seguirá siendo por ahora la moneda de reserva global.

Esto en virtud de que a otras grandes economías no les conviene una perturbación del mercado de divisas o de la economía global (es decir existe un incentivo para que se de un acuerdo entre los grandes jugadores de la economía lo cual incluye a China y Japón ya que ambos han adquirido como reservas de moneda fuertes sumas en concepto de Bonos del Tesoro americano).

En general el dólar americano no se va a depreciar significativamente frente al Euro o al Yen. Los fundamentos o situación económica de Europa y Japón ahora son débiles, quizá más que los del mismo EEUU. De hecho algunos expertos pronostican que el dólar se va a apreciar frente a estas monedas.

Aun así resulta previsible que el dólar sí se va a depreciar contra otras monedas sobre todo las de las llamadas ‘economías emergentes’. Por ende los inversionistas panameños pueden proteger el valor de sus activos y diversificar su riesgo adquiriendo monedas extranjeras o activos denominados en otras divisas.

ESCENARIOS EN PANAMÁ: EL AUTOGOL ECONÓMICO DEL GOBIERNO

Empecemos por el principio. La economía de Panamá no sufrirá por ahora un colapso. La ausencia de una moneda local, la solidez de su Centro Bancario Internacional y un alto nivel de apertura a la Inversión Directa Extrajera le confieren al sistema un cierto nivel de ‘blindaje’ estructural.

Tampoco perderá de momento el grado de inversión. Esto en vista de que sólo este año el PIB podría crecer alrededor de un 9% y 7.5% en el 2012 lo que por ahora le da solvencia al país. Sin embargo, hacia finales del 2013 podría darse un crecimiento de sólo 4 % ó 5% lo cual de hecho representaría una seria desaceleración sobre todo si persiste o se agrava la recesión mundial. Decir que la economía local es estable no es por ende garantía de crecimiento sostenido.

Igual que en Europa y los EEUU, en Panamá los desafíos además de económico son políticos. Luego del rompimiento de la alianza los riesgos están a la vista. Si el gobierno persiste en su intención de lograr una continuidad en el poder recurriendo a opciones que riñen con preceptos constitucionales -incluyendo la reelección inmediata- se podría afectar la estabilidad política y social. Además existe el riesgo de que para asegurar esa continuidad el gobierno recurra a un mayor gasto y aumente más el déficit y el endeudamiento.

Esta posibilidad se refuerza ahora que ha caído la popularidad del gobierno lo que tentaría al Presidente Ricardo Martinelli a tratar de contrarrestar el bajón incurriendo en más gastos y propaganda política. Esto lo han advertido las propias agencias evaluadoras y el mismo ex ministro de Economía y Finanzas Alberto Vallarino.

De hecho, estos escenarios no sólo colocarían en riesgo el grado de inversión sino la alternabilidad del poder que hasta ahora ha sido una tradición de la democracia panameña y un aval para la afluencia de la inversión extranjera.

DESENFRENO

Lo más delicado es que el gobierno alega que la actual crisis mundial no tendrá impacto. De hecho el recién aprobado presupuesto para la vigencia 2012 fue formulado antes que se iniciara esta nueva situación de agosto y por ende no se han ajustado sus proyecciones de crecimiento económico o de ingresos. En pocas palabras el gobierno mantiene una política desenfrenada de gasto y endeudamiento contra viento y marea.

Si bien el año que viene en Panamá no se percibirán plenamente los efectos de la crisis, resulta inexorable que sí se sientan en el 2013 y el 2014. La pasada crisis mundial que se inició en el 2008 no afectó a Panamá sino hasta el 2010.

Visto así, el gobierno estaría en un dilema para el 2014 ya que para ese año electoral la administración Martinelli ya habría agotado buena parte de los recursos que le permitirían estimular un mayor crecimiento justamente en la recta final de su gestión.

Visto así al no moderar ahora sus gastos el Gobierno se estaría disparando en el pie o como se dice coloquialmente metiéndose un ‘autogol político’.

FUENTE: HORACIO ESTRIBÍ - http://www.laestrella.com.pa

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