Entre los testamentos se encuentran los del escritor Charles Dickens, del exprimer ministro Winston Churchill y del matemático Alan Turing, refiere un despacho de Prensa Latina.
La base de datos facilita el acceso a esos documentos, muchos de ellos de gran importancia para investigaciones futuras y hasta ahora difíciles de localizar, aunque legalmente ya eran de acceso público, precisó la cadena de radio y televisión BBC.
De acuerdo con el citado medio, la mayoría de los textos que se poseen están relacionados con hombres y mujeres naturales de regiones como Inglaterra y Gales.
La página Web del proyecto permite consultar un breve resumen de cualquier testamento a partir del apellido y la fecha de muerte de una persona y ofrece la posibilidad de encargar una copia digital del mismo por un precio de 10 libras (cerca de 12,5 euros).
Aunque en el caso de Escocia e Irlanda del Norte se siguen procedimientos distintos, los archivos donde se conservan las últimas voluntades en Inglaterra y Gales contrataron a personal adicional para gestionar las peticiones, muchas de las cuales requieren que alguien localice el documento físico, lo digitalice y lo envíe.
Tras las revelaciones, algunos de los deseos o particularidades de las vidas de famosos intelectuales y políticos, hasta el momento desconocidos, están ahora disponibles para la opinión pública.
Por ejemplo, el novelista George Orwell insistió en su testamento que sus notas, manuscritos y recortes de prensa debían preservarse, mientras que el economista John Maynard Keynes, fallecido en 1946, solicitó la destrucción de gran parte de los textos que no llegó a publicar en vida.
La prensa se hizo eco, además, de teorías vinculadas con supuestas relaciones amorosas de determinados escritores, como el caso de Dickens, quien entre sus peticiones finales, firmadas en mayo de 1869, legó mil libras a la joven actriz Nelly Ternan, una enorme cantidad en aquella época.
A su cuñada, Georgina Hogarth, le dejó ocho mil libras, lo mismo que a sus hijos, a quienes pidió que utilizaran el dinero para cuidar de su madre, Catherine Hogarth, de la que se separó años atrás.
Otras especificidades, como las cantidades de dinero legadas por Churchill, quien murió en 1965, o el filósofo Ludwig Wittgenstein, también resaltan entre las novedades conocidas luego de la publicación de los documentos.
La nota agrega que el Gobierno británico está muy complacido de contribuir con esta disposición a ampliar los conocimientos de muchos seres humanos y a la agilización de trámites legales para familias, estancados desde hace mucho tiempo.
FUENTE: AVN |