Todo comenzó cuando una mujer que recolectaba hierbas escuchó el llanto del bebé desde abajo de la tierra. Pidió ayuda y los rescatistas comenzaron a excavar hasta que encontraron al recién nacido.
El bebé pudo respirar durante los ocho días que estuvo enterrado ya que el pozo no era demasiado profundo y eso ayudó a que ingrese algo de aire. El agua de lluvia que cayó por esos días, también fue un factor que colaboró para que la criatura sobrevivia, un verdadero milagro.
De acuerdo a información difundida, cuando el bebé llegó al hospital comenzó a vomitar barro y tierra. Su estado de salud es delicado.
FUENTE: Agencias - http://www.infonews.com |