Las víctimas responden a los nombres de Rodrígo Rojas (fotógrado) y Carmen Gloria Quintana (estudiante). Ambos fueron detenidos el 2 de julio de 1986 en una manifestación contra Pinochet, en la capital chilena, Santiago, tras esa detención -de acuerdo con un testimonio de un ex oficial del Ejército chileno- fueron rociados con gasolinas y posteriormente prendidos en llamas.
El testimonio fue dado por el ex conscripto Fernando Guzmán, durante un interrogatorio efectuado este miércoles a antiguos oficiales y suboficiales del Ejército por el juez Mario Carroza, refiere una nota de la agencia de noticias Reuters.
Rojas, de 19 años y que residía en Estados Unidos, falleció a los pocos días por la gravedad de las quemaduras, mientras que Quintana, para entonces de 18 años, logró recuperarse después de un largo proceso de rehabilitación.
"La verdad tarda pero llega y espero que la justicia también llegue. Agradezco a este ex conscripto por su valentía, por haberse atrevido a decir la verdad", dijo Quintana al canal de noticias CNN Chile.
El juez espera que la información permita determinar si "ellos son (culpables) o tuvieron algún tipo de participación. Lo que sí sabemos es que todos ellos estuvieron en ese lugar".
"Puede ser histórico en el sentido que hay personas que deciden contar su relato", agregó Carroza antes de iniciar el interrogatorio.
Por el caso está en prisión sólo un antiguo militar, quien, según la versión original de la institución, no habría ayudado a los jóvenes tras quemarse accidentalmente.
"Para la lucha de la defensa de los derechos humanos es un triunfo muy grande, lograr que alguien rompa el silencio es algo que todos esperábamos que algún día aconteciera y finalmente aconteció", dijo Amanda de Negri, tía del joven asesinado.
La dictadura de Pinochet (1973-1990) dejó a Chile con más de 3.200 personas asesinadas, casi 1.200 detenidos desaparecidos y 34.000 personas que sufrieron torturas y fueron encarceladas injustamente.
Este 20 de julio fueron sentenciados 10 exagentes de la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, conocida como DINA (Dirección de Inteligencia Nacional).
Las condenas dictadas por el juez Miguel Vázquez Plaza, quien lleva causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, sancionan a involucrados en el secuestro y desaparición de Bernardo Araya Zuleta y su esposa, María Flores Barraza, en 1976.
Araya Zuleta fue diputado por el Partido Comunista y, según quedó demostrado, junto a su esposa, tres nietos y un hermano resultaron detenidos por la DINA. Los familiares fueron liberados, pero Araya Zuleta y María Flores desaparecieron definitivamente.
| FUENTE: AVN |
